El Forjista
Esta miniserie en dos capítulos estrenada en 2021 muestra cómo los dirigentes de la FIFA recibieron coimas para que Rusia y especialmente Qatar fueran designadas como sedes para los mundiales de 2018 y 2020, en el escándalo que se dio a conocer como Fifagate.
El escándalo sucedió durante la presidencia de Joseph Blatter que ocupó el cargo desde 1998 hasta su renuncia después del escándalo en 2015.
Las denuncias contra la corrupción de los dirigentes de la FIFA se conocieron en 2014, antes del comienzo del Mundial de Brasil, no obstante, la FIFA no adoptó medida alguna
Hasta que en mayo de 2015 al realizarse el Congreso de la FIFA en Zurich la policía suiza detuvo a varios dirigentes de la organización acusados de cobrar sobornos, a pesar de esto el Congreso se efectuó sin los directivos apresados y sorprendentemente, se reeligió a Blatter al frente de la FIFA, el escándalo fue tal que debió renunciar pocos meses después.
Paralelamente el fiscal general de los Estados Unidos, el jefe del FBI y el jefe de la agencia recaudadora dieron una conferencia de prensa, la imputación alcanzó a 42 personas por asociación ilícita, fraude electrónico y lavado de dinero.
La FIFA había determinado tiempo antes que Qatar no era un país adecuado para realizar un mundial, las altas temperaturas, debían construirse 9 estadios utilizando mano de obra cuasi esclava con condiciones muy inseguras.
Después del mundial el gobierno de Qatar reconoció la muerte de entre 400 y 500 trabajadores por las condiciones inseguras en que realizaron su labor, pero la verdad es que esa cifra pudo llegar a los 6.500, se trata de un país donde la vida del trabajador inmigrante no vale nada.
Y además había consideraciones políticas que levantarían protestas en todo el mundo: tal como que se considerara a las mujeres como ciudadanas de segunda, la persecución a la comunidad LGTB y la ausencia de libertad de expresión.
Pero todo se obvió a partir que el gobierno de Qatar comenzó con el reparto de sobornos, ahora retrocederemos un poco en el tiempo.
El multimillonario qatarí Mohamed Bin Hamman fue presidente de la Asociación Asiática de Futbol y fue el encargado de repartir sobres con dinero entre los directivos de la FIFA para que Qatar fuera designada sede del mundial de 2022, la decisión se tomó en diciembre de 2010.
A raíz de la influencia que logró en la FIFA financiando la campaña de Blatter a la presidencia, Bin Hamman fue designado asesor del Emir de Qatar.
Sin embargo, en 2011 Bin Hamman amenazó con presentarle batalla a Blatter y postular su candidatura a presidente de la FIFA, pero Blatter se reunió con miembros de la familia real de Qatar y llegaron a un acuerdo, por lo que Hamman retiró su postulación y quedó asegurado que el mundial se realizara en ese país.
La investigación que permitió desnudar la corrupción en el seno de la FIFA fue efectuada por los periodistas del Sunday Times, Heidi Blake y Jonathan Calvert, también intervinieron el FBI y la agencia tributaria de los Estados Unidos, uno de los implicados fue Chuck Blazer que había sido dirigente del futbol estadounidense y de la CONCACAF, individuo que no ocultaba que tenía un pasar económico de opulencia.
Cuando estalló el escándalo Blazer decidió colaborar con la investigación reconociendo haber recibido 24 millones en concepto de sobornos, por su colaboración y por haber fallecido en 2017, no pasó un solo día detenido, tampoco fue preso Blatter que argumentó no saber nada de lo ocurrido en la organización que presidía.
Los montos de las coimas fueron tan voluminosos que la justicia llegó a decomisar 500 millones de dólares entre los que se declararon culpables.
En el documental se puede ver la filmación de dos periodistas que se hicieron pasar por empresarios para reunirse con directivos de la FIFA que le dicen que deben pagar si quieren que la FIFA adopte alguna decisión que los beneficie.
En 2016 fue elegido Giani Infantino para reemplazar a Blatter, pero sin que se reviera ninguna de las decisiones adoptadas por la FIFA bajo los efectos de los sobornos, en tanto que Blatter fue suspendido por ocho años, después se le extendió hasta el 2028 y se le impuso una multa de 50.000 dólares.
El único cambio que parece haber aprobado la nueva conducción de la FIFA es que las decisiones fundamentales, como lo son la determinación de las sedes de los mundiales se adopten por el voto de los 211 miembros de la FIFA en vez de hacerlo los 24 que decidían antes.