El Forjista

 

La Ley de Medios de Constitucional

 

Reproducimos tres artículos publicados en el diario Tiempo Argentino el 30 de octubre de 2013 donde exponen su opinión tres personalidades destacadas en el impulso y el apoyo a la Ley de Medios, nos referimos a Graciana Peñafort, Víctor Hugo Morales y Gustavo López. El reportaje a Víctor Hugo Morales fue realizado por Ricardo Gotta.

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Las instituciones saldaron una deuda consigo mismas

por Graciana Peñafort

La Corte Suprema estableció que la libertad de expresión nunca es un derecho individual, sino colectivo. Asimismo, fueron importantes los argumentos del juez Eugenio Zaffaroni, quien dejó en claro que lo que estaba en discusión no era ni más ni menos que la identidad de un país.

Todo esto se inició gracias a una militancia de más de 30 años y representa el puntapié inicial para la reconstrucción de una democracia más amplia, participativa, con mayor libertad y debate. Además, representa una enorme responsabilidad para todos nosotros, quienes vamos a tener que aprender que la libertad de expresión no sólo es la posibilidad de decir aquello que tenemos para decir, sino también un enorme ejercicio de tolerancia, para escuchar incluso las cosas que no nos gusta, ya que el debate democrático lo exige. El devenir de esta ley ha puesto de manifiesto cómo se articulan los procesos de interés en nuestro país, donde existen grupos de poder que no respetan las reglas democráticas y que articulan, presionan y se inmiscuyen en el desempeño de las instituciones. 

Frente a esto hubo un gobierno que –por el contrario a lo que sostienen– aceptó todas y cada una de las resoluciones judiciales y dio la pelea donde tenía que darla. Y que hoy tiene la enorme responsabilidad de aplicar la ley. 

Desde la noticia del fallo de la Corte se pudo ver a un buen número de actores políticos, sometidos al poder concentrado, que optaron por atenerse a sus razones interesadas antes que a la ya comprobada constitucionalidad de una ley, que encima fue elogiada por un sinfín de organismos de Derechos Humanos del mundo.  Algunos de ellos se animaron a hablar de un pacto. El único pacto es de la ciudadanía con la democracia.  Esta ley ha recorrido un camino tan largo que el sólo hecho de intentar desprestigiarla hablando de "un pacto" es, por lo menos, ridículo. Pero está bien, porque esta ley hace que tengamos que trabajar nuestra tolerancia y aceptar que haya quienes no estén a gusto con esta noticia y decidan despotricar desde las cámaras de televisión; forma parte de la libertad de expresión.

Lo que hay que entender es que a partir de ahora podremos ver a una Elisa Carrió denunciando supuestos pactos, pero también a una enorme cantidad de argentinos que en la Plaza del Congreso se congregaron para celebrar el inicio de una nueva etapa democrática.

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"Un día bisagra en la historia argentina"

Reportaje a Víctor Hugo Morales por Ricardo Gotta

Lo sorprendió el fallo positivo de la Corte? 
–La primera manifestación es de alegría y perplejidad. Toda vez que uno clama por justicia, cuando esta se concede, se tiene una cierta extrañeza en el espíritu, porque antes se siente que hay un tránsito en que la injusticia predomina. Es un día de júbilo, muy aliviador para la sociedad argentina y para quienes estamos en los medios de comunicación, que seguramente podrán tener en los próximos años un cambio positivo. Es un rotundo mentíz para lo que sostuvieron los grupos dominantes, con respecto a la ley y a los enormes intereses que manejaban. La audiencia pública, de cuya utilidad yo era ciertamente escéptico, tuvo una influencia muy interesante. La Corte encontró una razón ante la población para lo que en el entendimiento jurídico no llega. También se trata de un día de alivio: mantendrán un enorme poder, pero nos vamos a ir dando cuenta de que no todo estará contaminado en cuanto a periodismo se refiere. Un ejemplo cercano: si hay un accidente de trenes, no nos obligarán que hablemos inmediatamente de los frenos, para que se convierta en un castigo a lo estatal… Habrá, por lo menos una multiplicidad de voces. 


-De eso se trata la democracia.  
–Con este fallo la democracia sale ganando rotundamente. Así como estaba, flaqueaba. Lo que decidía la gente, estaba construido por factores que la gente no domina. Como al posicionar a quienes serán los responsables de los intereses del pueblo. Decae, a su vez, su poder de condicionar gobiernos. Y de paso cosechan derrotas. Pensemos en una fecha clave de la historia argentina, el 12 de junio de 1989: Alfonsín envía a Terragno a La Rioja para avisarle a Menem que le dejaría el gobierno y Terragno lo encuentra junto con Magnetto. Preparaban lo que se venía en los '90. El poder político de rodillas ante el poder mediático. Lo que pasó fue urdido por las corporaciones. Fueron los verdaderos ejecutores de esos crímenes políticos. Mucho más que los verdaderos políticos, vulnerables por su debilidad. Ahora vemos al poder mediático interesado otra vez en ver a sus hombres en el gobierno, para preceder, del mismo modo, a manejar las marionetas y decidir el tránsito político y económico del país.

 

–Justo un día antes de cumplirse 30 años de aquella primera votación.
–Sí, este puede ser un día bisagra en la historia argentina. Acabo de escribir una frase: hoy la Ley de Medios es una bandera que flamea en lo más alto de los Andes argentinos. Ahora hay que bajarla y hacerle honor, desde mañana, trabajando para el cumplimiento cabal y absoluto de esta ley.


–¿Cuáles son los peligros inmediatos que deberá afrontar la aplicación de la ley?
–Problemas, no peligros. El peligro era que la Corte, por su pertenencia social o por su debilidad política ante el tremendo poder de los medios, hubiera fallado violentando la ley. Ahora, el grupo, obcecadamente, intentará no cumplir una sola de las disposiciones. Habrá que confrontar de la manera más rápida, más pulcra. Vienen todavía meses –espero que no sean años– en los que la pulseada de los poderes seguirá manteniéndose. Ahora es la política más la justicia contra el inmenso poder de las corporaciones. Aunque no empareja la lucha, la hace mucho más llevadera.


–Esa bandera que fue la suya desde hace largos años.
–Efectivamente ha habido una larga y dolorosa lucha. Es tanta la alegría sepulta de pronto todo lo que hubo que padecer por la ley. Es tan justo, que toda la vida me pregunté por qué uno está argumentando a favor del valor que tiene la Ley de Medios, en la pluralidad, en la diversidad de la vida democrática. Parece mentira. Bastaría decir: la democracia debe tener pluralidad en la información para que el derecho de los ciudadanos sea correctamente atendido. Porque habría que agregar a esto una discusión. Quién podría decir algo distinto. Solamente cuando tenés mucho interés y mucho poder y no te importa la capacidad de argumentos. Aquí también, en la capacidad de entender de la gente, resultó decisiva la audiencia.

 

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Justicia y democracia

Por Gustavo López

Debo aclarar que no es un fallo a favor del gobierno, sino de la constitucionalidad de la ley en la que siempre confiamos y es también un fallo a favor de la democracia porque la Corte determinó que los poderes constitucionales, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial están por encima de los intereses sectoriales y no van a estar sometidos a las presiones de los grupos económicos. 

Tuvimos que esperar demasiado, cuatro años, innecesariamente. Pero estos reproches al sistema judicial que en alguna de sus instancias fue funcional a una estrategia dilatoria, hoy puso negro sobre blanco los argumentos que veníamos sosteniendo desde hace 30 años. La Ley es constitucional y la regulación previa, que evita la conformación de monopolios, es el mecanismo legal para garantizar la libre circulación de ideas y de información.

Las argumentaciones del Grupo Clarín frente a la Corte en la audiencia pública habían sido falaces y patéticas. Sostener que la independencia periodística sólo se sostiene con el tamaño del grupo editorial, no sólo faltaba a la verdad sino que condenaba al resto del periodismo a la mendicidad o a la mentira.

El fallo sostiene no sólo la constitucionalidad de los cuatro artículos cuestionados sino que destaca el rol de las regulaciones como garantía de la libertad de expresión y condena a los monopolios por restringir dicha libertad.

Hoy cumplimos 30 años de aquella histórica jornada en que los argentinos iniciamos el camino sin retorno hacia la consagración de la democracia. La ruptura que produjo Alfonsín con el viejo orden de inestabilidad institucional permitió sentar las bases de una democracia sólida. Hoy la democracia es el piso mínimo, indispensable para cualquier proceso político, y esto era impensable en la Argentina hace algunas décadas. 

A partir de 2003, Néstor Kirchner comenzó a cerrar aquel círculo propuesto en 1983 y consagró la democracia como la herramienta de transformación de la sociedad en beneficio de todos, recuperando el concepto de soberanía popular. El gran desafío de las democracias modernas está dado por ese ejercicio de la soberanía popular en contra de la intención de los grupos concentrados de la economía que pretenden gobernar alterando esa representación, cooptando el aparato del estado o a los partidos políticos. Gobernar sin dejar las convicciones en la puerta de la casa de gobierno, es la síntesis de ese problema y la solución del mismo.

Había que tener mucho coraje, como tiene nuestra presidenta, para impulsar y aprobar esta ley, ya que los intereses en juego eran muchos y la disputa la padecemos desde hace cinco años. Hoy podemos decir, que a 30 años de aquel 30 de octubre hemos sacado la mayoría de edad. La democracia ganó, ganamos todos.

 

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