El Forjista

 

La soberanía económica

 

Desde el 2003 el gobierno nacional está tomando medidas tendientes a recuperar la soberanía sobre la economía.

Hace décadas que las decisiones no se toman en el país, tanto en los años de la feroz dictadura como en la década infame menemista se adoptaron medidas que convirtieron a la Argentina prácticamente en una colonia que no podía decidir sobre su destino.

La deuda externa inflada escandalosamente y la instauración de un sistema económico centrado en la especulación financiera, que despreciaba la producción, sentó las bases de la más abyecta dependencia del país a la banca internacional y los organismos creados por las grandes potencias para imponer su dominio.

Durante los 90 se rifó el patrimonio nacional entregando vilmente aquellas empresas que representaban el esfuerzo y el trabajo de varias generaciones de argentinos que creyeron en un proyecto independiente.

A partir del 2003 la Argentina viene adoptando medidas tendientes a romper con esas cadenas que durante muchos años parecieron inamovibles, o al menos eso quisieron hacernos creer, con la complicidad de los grandes medios de comunicación.

Comenzando con la importante quita de nuestra deuda externa que la convirtió en un asunto manejable, aún cuando siga requiriendo de nuevos sacrificios, nos permite visualizar una salida para esta pesada herencia de la dictadura.

El pago de la deuda con el Fondo Monetario Internacional permitió que las decisiones comenzaran a tomarse en el país y concluyeran los monitoreos periódicos y las constantes presiones para aplicar ajustes que perjudicaban a los que menos tienen.

Este panorama de una nueva economía soberana se completó con la recuperación de recursos que habían sido entregados a manos de quienes lucraron con nuestro patrimonio.

La estatización de las AFJP que concluyó con un negocio que le permitió ganar muchos millones a empresas que especularon con las jubilaciones y pensiones, esta medida posibilitó actualmente dos incrementos anuales es esos ingresos los cuales estuvieron congelados por largos años.

También cabe destacar la importancia de las nacionalizaciones de Aerolíneas Argentina, YPF, el Correo Argentino y Aguas Argentinas, todas ellas pusieron un final al vergonzoso vaciamiento por parte de multinacionales y grupos nacionales que se dedicaron sin ningún control a saquear nuestro patrimonio.

Por cierto que esta recuperación requiere que sea acompañada por firmes convicciones y una decisión inquebrantable para enfrentar los embates de los organismos internacionales que representan al gran capital financiero que ha desatado una campaña de calumnias contra este proyecto nacional.

A la vista de las medidas que se están implementando en Europa, sacrificando al pueblo para salvar a los bancos y las multinacionales, es a todas luces un mal ejemplo lo que Argentina y en general América Latina le muestran al mundo, es posible salir de la crisis sin que sean los trabajadores y los jubilados quienes deban pagar el mayor costo.

Gran parte de esta campaña está manejada por los denominados fondos buitres, es decir el capital más especulador y parasitario, que pretende tener las mayores ganancias en el menor tiempo posible, a costa del sufrimiento de los pueblos.

Pero el papel que es necesario denunciar es el que juegan los grandes medios concentrados y aquellos que bajo el disfraz de economistas no son otra cosa que agentes a sueldo de esos intereses que atacan al país.

Desde Clarín y La Nación cotidianamente se actúa en contra de los intereses nacionales y a favor de los fondos buitres, al punto que llamaban a pagarles sin chistar todo lo que piden esos especuladores financieros. De igual forman actúan los economistas neoliberales que se la pasan anunciando apocalipsis que nunca llegan pero que intentan generar miedo para favorecer a quienes les pagan sus interesados comentarios.

Pero somos muchos más los argentinos que estamos orgullosos de esta senda por la que marcha nuestro país y varios de los gobiernos de América Latina y que al igual que nuestro gran Libertador parecen estar dispuestos a afirmar contundentemente: "¡Seamos libres y lo demás no importa nada!".

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