El Forjista
La Argentina celebró los 40 años de democracia con la asunción de un presidente que parece empeñado en destruirla, no hay una explicación única para establecer cómo llegamos a esta situación, pero creemos que se han producido una serie de transformación en el mundo y en el país, de las que nuestra dirigencia no parece haberse percatado.
Sobre la derrota electoral que consagró a Milei como presidente, la principal razón fue el mal gobierno de Alberto Fernández, su falta de coraje para revertir la situación dejada por el macrismo llevó sin paradas intermedias a la elección de un ultraderechista que ensaya un experimento que solo garantiza hambre y desempleo para la inmensa mayoría de los argentinos.
Incluso el período de gobierno de Alberto Fernández que, desde nuestra perspectiva mereció un reconocimiento, que fue el tratamiento de la pandemia, se vio opacado irresponsablemente por el festejo de cumpleaños de la primera dama cuando a todos los argentinos se nos convocaba a evitar las reuniones.
Pero con esa foto de cumpleaños mostró algo más que hipocresía, puso a la vista la calaña de desleales e ineptos con los cuales se rodeó el ex presidente, los funcionarios que no funcionaban fueron muchos, como así también aquellos que estuvieron en todo momento haciendo su trabajo de desgaste del gobierno del que formaban parte.
Aquí una digresión: cada vez que la prensa canalla y los partidos de derecha lanzan una mentira tendiente a difamar al Movimiento Nacional, aparece uno de los nuestros que parece empeñado darle veracidad a la calumnia: a la ruta del dinero K, López revoleando bolsos en el convento, a la infectadura, la foto del cumpleaños de la esposa de Alberto; a la casta, la impudicia de la lujosa bacanal de Insaurralde.
Pero Milei además se explica por el desastre del macrismo que todavía estaba fresco en la memoria de nuestros compatriotas que también le dieron la espalda a la que se consideraba la principal fuerza opositora al peronismo.
Pero más allá de estas certezas, sería conveniente indagar sobre cambios que fueron sucediendo en la sociedad argentina y que al parecer nuestros dirigentes no parecen haber registrado y tomado debida nota.
La precarización del trabajo
Tanto la izquierda como el peronismo reconocen el papel que juegan los sindicatos como elemento aglutinador de la clase trabajadora en la defensa y conquista de derechos que los benefician.
La fábrica, el taller, la oficina son ámbitos donde los trabajadores realizan sus tareas, pero también se convierten en lugares que les permiten organizarse para hacer frente a las injusticias y la prepotencia patronal.
El sindicalismo en nuestro país tiene una larga historia, pero fue con el peronismo que se dio un impulso organizativo a la clase trabajadora a través de los sindicatos y los cuerpos de delegados en cada lugar de trabajo, es durante la primera presidencia de Perón que se crean gran cantidad de sindicatos.
Perón hablaba de la conciencia social y la solidaridad como contrapunto al individualismo, esto decía en 1951: “Yo he dicho muchas veces que quizá de todo el bien que yo pueda haber hecho a la colectividad argentina, uno es inigualable: el haber desarrollado en el pueblo argentino una conciencia social. Eso ha sido el golpe de muerte para el individualismo negativo en el que hemos vivido durante tantos años. Todo el mundo era enemigo de todo el mundo, y una economía de miseria había creado en el campo económico una lucha permanente en la que, como dice el tango, todos los días había que salir a buscar del ‘peso’ para poder comer. Esa economía ha sido el azote más extraordinario contra la solidaridad del pueblo argentino”.
Pero estos valores se han ido desvaneciendo porque cada vez es más reducido el grupo de trabajadores que se ha visto beneficiado por esa conciencia social que es posible encontrar en el movimiento obrero organizado, la precarización del trabajo ha provocado una transformación que requiere la visualización de la dirigencia y el abordaje de medidas para evitarla.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) arroja claridad sobre la responsabilidad de este proceso cuando destaca los trabajadores no registrados corresponde a las estrategias que las empresas para incrementar su rentabilidad o bien para disminuir el impacto de las crisis socioeconómicas transfiriendo las pérdidas a los trabajadores.
Los más afectados por estas decisiones empresariales y el escaso o nulo control estatal, son los jóvenes, las mujeres y los trabajadores con escasa calificación.
Una característica del trabajo precario es la inseguridad del trabajador que concluye con la tradición de una jornada fija, con un tiempo indeterminado, con aumentos de salarios regulares y cobertura de obra social, entre otros beneficios.
La precarización conduce a empleos temporales, bajos salarios, horarios flexibles y exclusión de todos los derechos laborales, este sector sin paritarias es el que padece más la alta inflación, pues con paritarias al menos los trabajadores registrados tienen a los sindicatos que cuidan que la pérdida de poder adquisitivo no sea tan violenta, en cambio a los no registrados, la inflación los hunde en la pobreza de manera acelerada.
Cuando los gobiernos democráticos dejan de dar respuesta a las necesidades del pueblo es el momento en que los que proponen algo distinto, como por ejemplo que quieren combatir a la casta política, empiezan a ser escuchados.
En 2016 la cantidad de trabajadores a los que no se le descontaba para la jubilación, es decir, que no estaban en blanco llegaba al 33,4 % cifra que se incrementó al 34,5 % en 2019 y en el segundo trimestre de 2023 había ascendido al 36,8% si bien la desocupación había bajado al 6,2 %, comenzaba a percibirse a trabajadores empleados con ingresos por debajo de la línea de pobreza.
Sin embargo, la situación podía ser peor a la que registraba el INDEC ya que según la Universidad Católica Argentina (UCA) considera que el 52% de los trabajadores no hizo aportes a la seguridad social.
No atender las necesidades y urgencias de esos sectores precarizados es una de las razones del surgimiento de Milei, recordando que entre los más afectados por la precarización se encuentran los jóvenes que parece ser un sector que escuchó con esperanza las propuesta del libertario, las mujeres también están entre las más afectadas.
La educación
Cada vez que el Movimiento Nacional sufre una derrota electoral responsabiliza por eso a los medios de comunicación, pocas veces se hace referencia a la educación que reciben los argentinos.
Señalemos una obviedad que creo en que todos vamos a coincidir, los niños y niñas deben concurrir a la escuela para aprender a leer y escribir y a realizar las operaciones matemáticas básicas.
Pero además es fundamental que aprendan dos cuestiones: a ser solidarios y a amar la patria, para eso es imprescindible que se comprometan en proyectos solidarios y a aprender cuestiones elementales de la historia de nuestro país y su geografía.
Cada vez que señalo algo similar, enseguida recibo cuestionamientos en el sentido que es la familia quien debería a educar a niños en el solidaridad y en el amor a la patria.
La pregunta que realizo en esos caso es si los adultos que en la ciudad de Buenos Aires y en Córdoba votan a la derecha están en condiciones de hacerlo, pero además me parece que el Estado no debe despreocuparse y confiar en que sea la familia la que inculque esos valores esenciales.
En la última campaña electoral vimos un desenfreno cipayo elogiando a declarados enemigos del país como Margareth Thatcher o a ministros de economía neoliberales que causaron desastres en el nivel de vida de la población, hacerlo impunemente y logrando que algunos lo celebren, no tener conciencia de los propios intereses es un índice irrefutable de la mala educación.
Por eso resulta indispensable que cuando gobiernan aquellos que se dicen nacionales y populares revisen los programas de estudios, en especial lo que ocurre en los colegios privados, sabemos que algunos gritarán que eso es adoctrinamiento, pero amar a la patria y ser solidario debería formar parte de nuestros valores eternos.
Algo falla en nuestra educación si genera ciudadanos egoísta e individualistas, y hay que preguntarse a quién le sirve personas con esas cualidades, evidentemente al país y a la democracia, no.
El peronismo y la CGT sin medios
Perón dijo: “En 1945, todos los medios masivos de comunicación estaban contra nosotros y ganamos las elecciones. En 1955, todos estaban a favor nuestro, porque eran nuestros la mayor parte, y nos echaron, y en 1972 estaban todos en contra de nosotros y les ganamos por el 60 por ciento. De manera que todo es relativo en esta vida.”
Tal vez esa definición haya sido la que se usó para justificar que ni el peronismo, ni la CGT, ni las CTAs se hayan preocupado por crear medios de comunicación propios de intenten de alguna manera enfrentar el relato malicioso, antipopular y antinacional de los medios hegemónicos.
Sólo la combativa CGT de los Argentinos liderada por Raimundo Ongaro, una fragmentación de la central obrera durante la dictadura de Onganía tuvo un semanario dirigido por Rodolfo Walsh entre mayo de 1968 y febrero de 1970.
Mientras no lamentamos cotidianamente por las infamias que disparan los medios hegemónicos que responden al poder económico, no existe la voluntad de las organizaciones mencionadas de crear sus propios medios.
Por supuesto que existen honrosos esfuerzos por defender la causa nacional desde los medios, pero en general son voces que llegan a escasos oídos, es más podríamos decir que los que han logrado mayor alcance corresponden a esfuerzos privados como son C5N y Radio 10, que sin embargo no alcanzan a equiparar la difusión de los medios que responden a la oligarquía.
Por cierto, que el mayor argumento para esta situación se refiere a lo costoso de tener una radio, un canal de noticias, pero veamos algunas posibilidades que no son descabelladas, empecemos por los empresarios, sabemos que un buen número de ellos aún cuando no tengan ninguna simpatía con el peronismo hacen su aporte a las campañas electorales, sería conveniente que también se les reclame algún aporte para sustentar o propagandizar en los medios que tengan una visión favorable a la causa nacional.
Por otra parte en el peronismo cuenta con gobernaciones, intendencias, que están obligadas a difundir sus actividades, sería conveniente que esa inversión esté dirigida a medios que defiendan el interés de los sectores populares, también los diputados y senadores del peronismo podrían aportar parte de su sueldo a estos medios.
Los mismo podría decirse del sindicalismo, que publican solicitadas o publicidad dirigida a sus afiliados, que muy bien podrían direccionarla hacia medios afines.
Pero además hay una realidad que se vivió durante el macrismo, donde muchos proyectos periodísticos se vieron obligados a convocar a sus lectores u oyentes para que colaboren en solventarlos, existen muchos ciudadanos dispuestos a colaborar económicamente dentro de sus posibilidades económicas para que haya proyectos que defiendan sus intereses.
En definitiva, dinero se puede juntar lo que debe existir es la voluntad política, dejando de lado la queja por lo que hacen los medios del poder económicos y ponernos manos a la obra para construir opciones que defiendan al pueblo argentino.
La lacra empresaria
La gran escritora española Almudena Grandes en su libro “Todo va a mejorar” plantea una distopía que consiste en una sociedad con una dictadura de los empresarios, que para la Argentina es una realidad presente instaurada por Milei, que loteó su gobierno dejándole los negocios a los grandes empresarios a costa del empobrecimiento de la mayoría.
Durante muchas décadas nuestro país tuvo como clase dominante a la oligarquía terrateniente aglutinada en la Sociedad Rural, que tenía una mentalidad liberal y muy cipaya, con un desprecio patológico hacia todo lo nacional y popular, era claramente parasitaria que no debía realizar ningún esfuerzo para enriquecerse porque todo lo hacían los toros y las vacas, que no vivía en sus campos y que pasaba gran parte de su vida en el exterior especialmente en Europa, “tirando manteca al techo” como se decía en esos tiempos, viajaba toda la familia, incluso algún sirviente, y hasta podían a llegar a transportar a la vaca para poder tomar la leche recién ordeñada.
La clase dominante ha cambiando pero la mentalidad de los grandes empresarios argentinos la han heredado de esos parásitos oligarcas, despreciando la democracia, lo nacional y popular, porque en definitiva odian al país que les permitió convertirse en multimillonarios en dólares.
La Asociación Empresaria Argentina (AEA) que agrupa a los más grandes empresarios apoyaron las medidas inconstitucionales y empobrecedoras de Milei, han sido sus personeros los que redactaron el salvaje DNU y la llamada ley ómnibus que los beneficia en tanto empobrece a casi toda la población.
Igual comportamiento, aunque sin tanta euforia como los anteriores, ha tenido la Unión Industrial Argentina (UIA) que con absoluto acierto Perón señaló que no era ni industrial, ni argentina, y que avala el industricidio que el proyecto de Milei promueve, muchos de estos empresarios no tienen ningún inconveniente en despedir a todos sus trabajadores y convertirse en importadores.
Son estos empresarios integrantes de AEA y la UIA, los que han boicoteado los gobierno populares y democráticos, aún cuando en dichos gobiernos han tenido ganancias extraordinarias que no son posibles en ningún país de mundo, son esas empresas las principales responsables de la inflación que es un padecimiento eterno de los argentinos, en casi todos los rubros una , dos o a lo sumo tres empresas dominan el mercado e imponen sus condiciones, más aún cuando existen gobiernos timoratos como fue el de Alberto Fernández.
También son esas empresas las que pueden hacer desaparecer los productos de los negocios a la espera de precios muy superiores, por ejemplo en los últimos meses de Fernández era una odisea conseguir algún producto de Arcor de la familia Pagani.
Precisamente la familia Pagani es la principal sostenedora de la Fundación Mediterránea de donde salieron personajes tan dañinos como Domingo Cavallo, con sus propuestas neoliberales.
Ya se conoce a grupos como Clarín, La Nación o Blaquier que fueron cómplice de la dictadura, con la cual colaboraron e hicieron negocios obteniendo fabulosos negocios, consiguiendo empresas como Papel Prensa, torturando a los dueños legítimos, o colaborando con la represión y el asesinato de sus trabajadores como el caso de Blaquier.
Esta canalla empresarial carece de más mínimo sentido nacional y antepone su ilimitada codicia sin importarles lo que tenga que sufrir la mayoría del pueblo argentino.
Para que esta mentalidad empresaria pudiera instalarse por la fuerza fue necesario escarmentar a aquellos pocos empresarios que podían tener una visión favorable para el país y que no pretendieran explotar salvajemente a sus trabajadores, por eso la dictadura persiguió a José B. Gelbard ministro de economía de Perón y dirigente de la Confederación General Económica (CGE) que pretendía nuclear a los empresarios que además de obtener réditos económicos, también buscaba favorecer al país y sus trabajadores.
Un ejemplo de lo anterior se dio con el macrismo que persiguió y con causas armadas por la mafia judicial macrista a Cristóbal López y Fabián de Souza del grupo Indalo;a y Gerardo Ferreyra de Elctroingeniería por negarse a sumarse a la campaña de difamación contra Cristina Fernández de Kirchner.
Hasta tanto no exista un gobierno nacional y popular con voluntad política de domesticar y humanizar a esta canalla empresarial no será posible tener una democracia plena reduciéndo drásticamente la pobreza.
La mafia judicial
La justicia de Bolivia acaba de proscribir a Evo Morales, de igual forma que Cristina en la Argentina, recordando que Lula estuvo preso en Brasil y que Rafael Correa debió exiliarse, en una demostración siniestra que el lawfare existe en América Latina, aunque algunos se nieguen hipócritamente en reconocerlo.
El lawfare que aquí en nuestro país debería llamarse mafia judicial, tienen dos objetivos: perseguir a los líderes populares que defienden los intereses de sus pueblos y el patrimonio de sus naciones, y garantizar la impunidad de aquellos que someten a sus pueblos a ajustes criminales mientras permiten que las corporaciones internacionales y la oligarquía nativa se encarguen de saquear las riquezas de nuestro país.
Precisamente Evo Morales fue el que dijo que en los Estados Unidos no hay golpes de Estado porque no existen embajadas de los Estados Unidos, país que ahora en vez de becar militares lo hace con jueces y fiscales que prontamente comprueban el excelente negocio que significa resguardar los intereses de los poderosos.
No nos vamos a referir aquí a la persecución a Cristina Fernández de Kirchner, incluido su vicepresidente Amado Boudou y otros funcionarios de su gobierno, que hemos tratado ampliamente en otros artículos de este sitio, aquí no queremos dedicarnos a señalar la impunidad de los saqueadores del país.
Macri, espió ilegalmente a los familiares de los fallecidos en el Ara San Juan, además fue el principal responsable de enviar a la muerte a los tripulantes del submarino, endeudó irresponsablemente al país con el FMI, sin pasar por el Congreso, hizo negocios mientras era presidente para beneficiar a sus empresas, permitió por decreto que su familia blanqueara capitales, y muchos etcéteras más.
Luis Caputo, tomó deuda por 100 años siendo ministro, también sin el permiso del Congreso, favoreció a Fondos Buitres siendo funcionario de Macri, participaba de empresas off-shore a las que dijo haber renunciado al asumir sus funciones en el Estado y se comprobó que no fue así.
Federico Sturzenegger, siendo funcionario de De la Rúa realizó varias operaciones que fueron desastrosas para el país, pero muy favorables para los bancos, como el Megacanje, ahora es el autor de las medidas del gobierno de Milei que avasallan la Constitución Nacional
Patricia Bullrich fue la responsable política por las muertes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, ahora es la que implementa las medidas represivas que necesita Milei para aplicar su salvaje ajuste al pueblo argentino que sólo beneficia a una oligarquía codiciosa y entreguista.
Si el Poder Judicial no hubiera devenido en una mafia, Macri, Caputo, Sturzenegger y Bullrich hubieran sido juzgados y condenados por los delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones y Milei muy posiblemente no sería presidente o al menos no con este plan que está tratando de implementar a sangre y fuego.