El Forjista

Biografía de Néstor Kirchner

Kirchner y el arte de lo imposible

Capítulo 56 - El antikirchnerismo

Enfrentar a los poderosos nunca ha sido gratuito, tiene sus serias consecuencias y en la Argentina su historia es una triste comprobación de eso, se necesita tener esa cualidad que Kirchner admiraba en Cristina: coraje.

Los trabajadores han sido quienes más víctimas aportaron en su lucha por condiciones de vida más dignas así ocurrió en la Semana Trágica, la Patagonia Rebelde, la Resistencia Peronista, las desapariciones a partir de 1976.

Formamos parte de un pueblo que padeció largos períodos de dictadura producto de golpes de Estado que han sido una constante en nuestro pasado, con presidentes como Yrigoyen, Frondizi e Isabel Martínez de Perón detenidos después de ser derrocados, con Perón partiendo al exilio por 17 años.

Ahora se apela a métodos menos sangrientos con los medios de comunicación y el corrupto Poder Judicial jugando un papel fundamental como instrumentos de persecución contra aquellos que no están dispuestos a someterse a los intereses de las minorías privilegiadas y sus aliados exteriores, sean estas potencias imperiales, multinacionales o rapaces fondos buitres.

El kirchnerismo ha sido víctima de una demonización la cual explica que un presidente que terminó su mandato con un 70 % de imagen positiva era transformado poco tiempo después en una especie monstruo.

El periodista y escritor Gabriel Pandolfo resume algunos de los ataques que padeció: “Dijeron de todo. Lo trataron de delincuente, estúpido, resentido, paranoico, vulgar, bestia bruta y algunas cosas más con deliberada malicia. Hacer daño es sencillo” (1)

Y avanza introduciendo un componente esencial en esas descalificaciones: el odio: “Por lo menos fueron eficaces en dos aspectos: en contaminar de odio a todo el mundo – unos y otros- y en devaluar el oficio de periodista y la credibilidad de quienes lo ejercen. No importa de quien se trate. De ser la ‘institución’ de mayor prestigio durante la década de los noventa, el periodismo pasó a ser la cloaca de transporte de toneladas de desechos, de unos y otros.” (2)

Las mayores agresiones provinieron de Elisa Carrió que en el 2003 dijo que en el balotaje, que no se produjo por la renuncia de Menem, iba a votar por Kirchner porque era el mal menor, pero ya en el 2005 el presidente pasó a ser “El padrino de la mafia” y también lo acusó de fascista, mientras que en el 2006 proclamaba que el país “había entrado en la fase final de la destrucción de la República”.

En 2008 cuando se tomó la excelente decisión de nacionalizar las AFJP, Carrió explicó luego de compararlo con el famoso ladrón el Gordo Valor que: “Néstor Kirchner va a manejar el dinero de todos los jubilados, junto a su cajero De Vido, y a su valijero Uberti… Con los fondos pueden hacer cualquier cosa, como depositarlos en las Islas Caimán o comprar deuda de un país. Son una banda de ladrones… La pregunta es si vamos en entregar a esta banda de ladrones estos fondos…” (3)

En un reportaje realizado por Fontevechia declaraba: “Es un gran temeroso. Es el avaro de Moliere, ya lo van a ver huir. No huye el que no tiene nada que esconder, huye el que tiene mucho que esconder… Estoy segura que va a terminar preso… Un abogado de Lázaro Báez dijo que la intención del grupo íntimo es exiliarse en Venezuela… “ (4)

Carrió no se entiende sin los medios de comunicación del sistema oligárquico que la convocaban a vociferar su odio sin importarles que estuviera diciendo una monumental mentira, contaba con absoluta impunidad para lanzar falsedades y para hacer predicciones que nunca se cumplían, porque la única función era desprestigiar al kirchnerismo y desestabilizar sus gobiernos.

Otra figura rutilante era Eduardo Duhalde un proveedor constante de calumnias e injurias contra Kirchner de quién dijo que sufría deterioro psicológico y que llegó a compararlo con el Fuhrer y Mussolini.

En marzo de 2010 el ex gobernador lo calificó de adicto al poder y al dinero pronosticando una derrota del kirchnerismo en el 2011 y remataba “Nos avergüenza el doctor Kirchner, no sólo a los justicialistas sino también a los argentinos” (5)

Tras meses después Duhalde afirmaba:  “….el país está gobernado por energúmenos” y anunciaba que su espacio le iba a ganar al kirchnerismo “por abandono o por knock-out” (6)

La decadencia del periodismo estaba representada, entre otros, en Luis Majul que además hizo de la calumnia un gran negocio publicando libros carentes de cualquier viso de verisimilitud, en su libro “El dueño” especificaba comportamientos de  Kirchner que sólo él llegó a conocer como comer con la mano o mezclar el Malbec de Rutini con Coca Cola.

De repente todos se matriculaban en expertos en psicología y podían realizar un estudio de Kirchner, como intentó Majul: “Complejo de inferioridad, paranoia, necesidad de lealtad incondicional. Esos comportamientos psicológicos son los que dominan la carrera de gobernar de Néstor Kirchner y la presidenta Cristina Fernández, y no las consideraciones políticas básicas que debe tener en cuenta cualquier mandatario para un país. ‘El loco’ es uno de los apodos que, en secreto, manejar todavía siguen usando algunos ministros y legisladores K para referirse a su jefe político.” (7)

Cómo dijo Víctor Hugo Morales con acierto considerar una investigación a un libro de Luis Majul es una falta de respeto a la verdadera investigación periodística.

Nos disculpamos por esta parte escatológica del trabajo, pero consideramos necesario presentar un pequeño muestrario del grado de descomposición al que llegaron ciertos personajes de la política y el periodismo en su afán por descalificar a un gobierno democrático y popular, por supuesto que se podría escribir todo un libro, y tal vez de varios tomos, con las agresiones verbales en contra del matrimonio Kirchner, pero sólo pretendimos especificar unos pocos ejemplos.

Una de las quejas de José Pablo Feinmann era que a pesar de las críticas que él le realizaba al gobierno de Kirchner desde Página 12, los periodistas militantes del neoliberalismo decían que eses diario era el Boletín Oficial, la conclusión a la que llegaba el filósofo es que: “No hubo críticas más duras que estas. Porque las de los otros medios son superfluas. Se limitan a decir, en última instancia, que Kirchner es corrupto. Están escritas por periodistas aventureros a quienes conocí en programas radiales o televisivos porque me llamaban para hacerme reportajes. ¡Ahora son grandes politólogos! ¡Escriben libros! Y mienten, descaradamente, sobre un Gobierno al que odian de un modo ya sobreactuado.” (8)

Mario Wainfeld por su parte se refirió a las descalificaciones absurdas que realizó del kirchnerismo el gobierno macrista: “Lo que rebela por falaz y avieso, es que se niegue lo realizado, no que se reniegue de ello. La polémica política puede (debe) ser acendrada, extrema, ácida. Pero convertir doce años de historia en un simulacro o en un capítulo del Código Penal ambiciona expulsar al adversario, dejarlo fuera de la esfera democrática”

Y añadía a renglón seguido: “Es despectivo y discriminador reducir un ciclo riquísimo a un conjunto de episodios de corrupción, al ‘hiperpersonalismo’ o a la estupidez colectiva. Lo es, asimismo, desvirtuar una época trascendente pintándola como si un par de flautistas de Hamelin hubieran arrastrado al abismo a millones de descerebrados, acompañados por una caterva de oportunistas”.(9)

El primer intento por bajarle el precio al exitoso gobierno de Néstor Kirchner se trató de explicarlo a través del llamado “viento de cola” que significaba aprovechar las condiciones favorables en el mundo, mientras que las periodistas Valeria Garrone y Laura Rocha trataron de justificar las gestiones exitosas en la municipalidad, la gobernación y la presidencia por ¡la buena suerte de Kirchner!

Lo cierto que hubo una intencionada política tendiente a favorecer el desarrollo, incrementar el consumo de la población mejorando sus condiciones de vida mediante la redistribución de la riqueza y lograr que las decisiones sobre la economía fueran tomadas en el país, para realizar todo eso debió desoír las recomendaciones de esos economistas que pululan por los canales de TV porque siempre opinan que hay que favorecer a los poderosos y olvidar a los desposeídos, también debió desoír a muchos políticos conservadores, incluso de su partido, que le advertían que no se juzgara  a los genocidas.

La política de subsidios del transporte y los servicios públicos esenciales fue parte del salario que aunque invisible para muchos, ayudó sustancialmente a mejorar las condiciones de vida de la población, cuando después un gobierno neoliberal aplicó descomunales tarifazos en esos servicios muchos se dieron cuenta de la importancia de este asunto.

Kirchner aplicó esa frase de Albert Einstein: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”, hizo algo totalmente diferente a lo que venían haciendo los gobiernos anteriores que aseguraban que era imposible hacer, lo que él realizó después con éxito.

Max Weber decía “Es completamente cierto, y así lo prueba la Historia, que en este mundo no se consigue nunca lo posible si no se intenta lo imposible una y otra vez” y fue precisamente lo que hizo Kirchner a lo largo de su vida política.

Recurrimos nuevamente a Wainfeld que realiza un resumen de lo que fue su gestión: “El balance de su obra es admirable, cotejado con gobiernos de otro signo u otra etapa…Baste decir que fue un ciclo de crecimiento económico, disminución drástica del desempleo, ampliación de derechos sociales y laborales, con una Corte Suprema que, renovada, fue la más estable de la historia. Con legitimidad de ejercicio confirmada por el voto popular, el ciclo aunó sustentabilidad política y económica, en una nación habituada a los bandazos o a las rupturas de la legalidad. Se garantizó la paz en Sudamérica, con participación eficaz pero no intrusiva, para fortificar los procesos democráticos en países hermanos y actuar contra golpes de Estado o conatos de guerra”.(10)

Por su parte Daniel Míguez señaló: “El hombre que cambió el rumbo de la política económica en función de los intereses nacionales, el que le devolvió valor a la política frente al poder económico, el que integró una Corte Suprema de Justicia seria, el que empujó a que se hiciera justicia con los crímenes de lesa humanidad, el que materializó en hechos concretos el concepto de América del Sur como la Patria Grande, el que forzaba la realidad hasta los límites para que los ciudadanos tengan cada vez más derechos” (11)

A lo largo de este trabajo hemos efectuado algunas críticas a su gobierno que no coinciden para nada con las que le realizaban desde los partidos de derecha o los medios de comunicación, porque las hemos efectuado desde una visión nacional y popular, y es desde esta posición política que opinamos que los gobiernos de Néstor Kirchner y los dos de Cristina Fernández de Kirchner fueron los mejores que la Argentina conoció desde 1955 cuando Perón fue derrocado por un golpe de Estado.

Como todo en política es pasible de discusión, lo que sí para cualquier evaluación es necesario despojarse de ese odio de clase que la prensa canalla y los defensores del neoliberalismo han inyectado en una porción de la población, mecanismo que han cerrado mentes y han llevado a muchos a defender intereses que no son los propios.

La batalla cultural que tenemos por delante nos obliga a dar varios pasos, el primero consiste en explicar por qué en la mayor parte de nuestra historia las minorías han podido imponerse a las mayorías, en segundo término convencer a las mayorías para que nunca más vuelvan a apoyar proyectos que van contra sus intereses y sepan defender a los gobiernos populares que sí son la expresión cabal de los intereses de esas mayorías, como lo fue el gobierno de Néstor Kirchner.

 

(1) Néstor el presidente militante. Gabriel Pandolfo. Aguilar 2011. Pag. 249
(2) Idem Pag. 249
(3) Idem Pags. 253 y 254
(4) Idem Pag.254
(5) Idem Pag.264
(6) Idem Pag.265
(7) Idem Pag.265 y 266
(8) El Flaco, Diálogos irreverentes con Néstor Kirchner. José Pablo Feinmann Planeta 2011 pags. 283,284
(9) Kirchner el tipo que supo. Mario Wainfeld. Siglo Veintiuno editores. 2016. Pag. 22
(10) Idem Pag. 313
(11) Kirchner íntimo, Daniel Míguez Planeta. 2011. Pag.224

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