El Forjista
El Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha nació a mediados de los años 90 para defender a pequeños y medianos productores rurales cuyos campos iban a ser rematados por sus deudas con los bancos, pero a su vez se transformó en una institución cuestionadora del sistema agrario que tendía a una mayor concentración y desprotegía a los más débiles. (1)
Según la Federación Agraria en 2002 existían 44.000 pequeños productores endeudados en morosidad con el Banco Nación, esa cifra bajó a los 3.000 en 2009.
Acudiremos a otros dos índices para tener una noción de la situación del campo: el área sembrada pasó de los 70 millones de hectáreas en 2002 a 88 millones en 2007, en tanto que el precio de la tierra en dólares en la región maicera y sojera se triplicó entre 2002 y 2007 pasando de unos 2.800 dólares a 8.700 la hectárea.
Por supuesto que ese crecimiento se debió a la devaluación producida en la salida de la convertibilidad y al aumento de los precios de los commodities, pero también hubo una política gubernamental deliberada que favoreció esa situación de crecimiento del agro.
En agosto de 2004 el Banco Nación presidido por Felisa Micelli anunciaba que no sólo no remataría los campos de los productores que tenían deuda con el banco, sino que se procedería a reprogramar los vencimientos, a la vez que anunciaba que de abril de 2002 a julio de 2004 los morosos del agro se habían reducido a un tercio.
2003 fue el único año que Kirchner concurrió a la Exposición Rural de Palermo, recorrió los diferentes stands pero no habló, se llevó aplausos y silbidos por igual.
El kirchnerismo no fue el inventor de las retenciones, varias décadas antes gobiernos de distintas ideologías las habían aplicado, tenían dos objetivos, incrementar la recaudación, pero también otro que no era menor, que consistía en mantener los precios internos de los alimentos, en particular porque en los últimos años se estaba produciendo un incremento en los precios de los commodities.
Kirchner fue aumentando las retenciones de la soja, maíz y trigo en la medida que los precios internacionales se incrementaban, el conflicto que estalla en 2008 durante el gobierno de Cristina tiene varios antecedentes durante la gestión de Kirchner.
A fines del 2006 entre los días 3 al 11 de diciembre hubo un lockout de las patronales nucleadas en las Confederaciones Rurales Argentinas CRA y la Federación Agraria FA, en ese lapso no se comercializó ni carne ni granos, alegaban que la medida era contra la intervención del Estado en el mercado.
El 11 de enero de 2007 el gobierno anunció un incremento en las retenciones a las exportaciones del 4% en la soja y sus derivados pasando del 23,5 al 27,5%.
La Sociedad Rural, las Confederaciones Rurales Argentinas CRA, CONINAGRO y la Federación Agraria la calificaron de provocación, el 23 de enero la F.A. cortó la ruta 9 en Villa Constitución y el túnel subfluvial que une Paraná con Santa Fe, Eduardo Buzzi dirigente de la F.A. decía que las bases le pedían una medida de fuerza de 15 días, las otras Cámaras fueron más moderadas y no lo acompañaron, CARBAP organizó una protesta en Bahía Blanca.(2)
El 6 de febrero Kirchner cambió al secretario de Agricultura, Miguel Campos, fue reemplazado por Javier de Urquiza un criador ovejas de la Patagonia que había sido compañero suyo de la secundaria.
De Urquiza junto a la ministra Felisa Miceli y Alberto Fernández realizaron una reunión con las cámaras del sector a las que se les prometió subsidiar a los productores de trigo, atender a los que tenían deudas con el Banco Nación y liberar gradualmente la exportación de carne.
Todo parecía en vías de solución cuando CARBAP que agrupa a los grandes estancieros de las zonas más ricas de Buenos Aires y La Pampa lanzó el 29 de abril un lockout de 15 días. La medida buscaba desabastecer el Mercado de Liniers, el volumen fue del 20% del habitual produciendo faltantes en las carnicerías y un incremento del precio.
El 4 de agosto de 2007 en la inauguración de la Exposición Rural el presidente de la SRA Luciano Miguens criticó a Kirchner al que le atribuyó un “liderazgo sin sustancia ética”, cuestionó los controles de precio, el gasto público y la política impositiva, pidió eliminar las retenciones y liberar las exportaciones, el secretario de Agricultura De Urquiza que iba a hablar a continuación se retiró por la provocación, en cambio Macri fue aplaudido.
El ministro Peirano le respondió: “Plantear la eliminación de las retenciones y la liberalización de las exportaciones para aprovechar los beneficios de un tipo de cambio competitivo implica alentar un violento incremento de precios, que dejará a los consumidores fuera del alcance de los alimentos”.(3)
En el gobierno de Cristina surgió la idea de establecer retenciones móviles, si los precios internacionales aumentaban también lo hacían las retenciones, pero si bajaban también las retenciones acompañaban la reducción.
Como se avizoraba una gran cosecha y los precios parecían que seguirían aumentando sin techo, los exportadores esperaban una lluvia de dólares sobre sus cabezas.
En pocos meses el girasol había aumentado un 91% y la soja un 68%, mientras que para el trigo y el maíz el incremento alcanzó el 40%, lo preocupante era que ese precio internacional se trasladara a los alimentos.
Cuando el ministro de Economía, Martín Lousteau, propone la medida de las retenciones móviles, fue consultado por Kirchner y Cristina si esa decisión no podía traer aparejados cuestionamientos, la respuesta fue “Para nada., tienen una rentabilidad tan alta que esto no les mueve la aguja”.(4) El ministro parecía ignorar las disputas que venían de años anteriores.
El 11 de marzo de 2008 en conferencia de prensa, Lousteau anunció el nuevo esquema de retenciones móviles con la Resolución 125, el mayor impacto era en la soja que pasaba del 35% al 44,1 y el girasol que subía del 32 al 39,1% en cambio para el maíz y el trigo se registraba una baja del 1%.
Los productores no tardaron en responder empezando a faenar menos animales y provocando un incremento en su precio de entre 20 y 25%, el gobierno por su parte redujo el cupo de exportación para que la carne fuera vendida en el mercado interno.
De inmediato quedó conformada la Mesa de Enlace que agrupaba a la Sociedad Rural, la Federación Agraria, las Confederaciones Rurales Argentinas y CONINAGRO, que lanzaron un lockout patronal que bloqueó la comercialización de granos, carnes y lácteos.
El periodista Mario Wainfeld realiza un retrato muy ajustado de los sectores rurales que se dispusieron a enfrentar al gobierno: “Millonarios en dólares que viven en grandes centros urbanos, otros ricos o no tanto que trabajan el suelo, empresas multinacionales o nativas de gran porte, dueños ausentistas, arrendatarios: todos conformaban un conjunto variopinto, no reductible a simplismos, que (con)tenía ganas de pelear con un gobierno que los había favorecido pero que no sentían suyo. El oficialismo tenía razón: Defendía el derecho a cobrar tributos a los contribuyentes más ricos, a sofrenar el precio de los alimentos básicos y a mantener nutrida ‘la mesa de los argentinos’. Pero no se daba maña para convencer a amplios sectores de la opinión pública”. (5)
Así como las entidades del campo rechazaron la medida, la oposición política se convirtió en militante de la causa de las patronales, incluyendo a varios partidos de izquierda.
Carrió recorría los cortes de ruta y por la noche visitaba los canales opositores en un movimiento de agitación golpista, mientras definía a los patrones “son gente sencilla, son como los Ingalls”(6). Víctor Degennaro apoyaba a la Federación Agraria y por lo tanto a la Mesa de Enlace y hasta trotskistas y maoístas agitaban sus banderas rojas en sus marchas con la Sociedad Rural.
Comenzaron los cortes de ruta, mientras Clarín con directores que tienen intereses en el agro y La Nación tradicional diario de la oligarquía terrateniente, ambos socios en Expoagro, comenzaron a fogonear el conflicto y a presentar a las patronales como pobres gauchos agredidos por el Estado sediento de recaudación, los medios que se tiraban de los pelos cuando las rutas eran cortadas por piqueteros que reclamaban por trabajo, cuando se trataba de acaudalados dueños de campos le parecía absolutamente normal cortar rutas.
EL gobierno también logró adhesiones en esta disputa, comenzando por gran parte del sindicalismo y en particular por Hugo Moyano y la CTA que lideraba Hugo Yasky, también Juan Carlos Lascurain de la UIA, desde la política había sectores del PJ que no estaba dispuestos a enfrentar a los terratenientes mientras Martín Sabattella hizo llegar su adhesión, de igual manera que el socialista Jorge Rivas que con precisión había respondido que lo que más le entusiasmaba del kirchnerismo eran sus enemigos, era un buen momento para recordar esa respuesta.
El 25 de marzo la presidenta expresó que no se iba a someter a ninguna extorsión y utilizó el término “los piquetes de la abundancia” para referirse a los cortes de rutas que promovían las patronales agrarias.
Tras el mensaje de la presidenta se produjeron cacerolazos convocados por la oposición con una manifestación posterior a la Plaza de Mayo, algunas organizaciones kirchneristas también movilizaron en apoyo al gobierno como el Movimiento Evita, el Frente Transversal de Egdardo Depetri y la agrupación que lideraba Luis D’Elía, este último declaró: “estoy orgulloso de haber disputado con la puta oligarquía argentina, los del campo querían que Cristina se vaya, no lo vamos a permitir”. (7)
Dos días después el kirchnerismo se reunió en Parque Norte con la participación de intendentes del Gran Buenos Aires y dirigentes de organizaciones sociales, habló Cristina para afirmar que las puertas de la Casa Rosada estaban abiertas para el diálogo, y convocó a levantar las medidas e iniciar un diálogo, la Federación Agraria respondió negativamente.
No obstante el 28 de marzo se realizó la primera reunión entre integrantes del gobierno y los dirigentes agrarios, el gobierno propuso liberar la exportación de trigo si se garantizaba el precio interno y promovía subsidiar los costos de fletes para los productores más alejados de los puertos, les ofreció crear una Secretaria de Agricultura Familiar que contemplara la situación de los 4500 productores que estaban endeudados con el Banco Nación y armar una mesa de diálogo para discutir las propuestas futuras.
Los ruralistas rechazaron todas las propuestas mostrando que estaban defendiendo los intereses de los sectores más poderosos, sólo aceptaban levantar las medidas de fuerza si dejaban sin efecto la 125 y se suspendía por un año el aumento de retenciones, al día siguiente retomaron el paro a pesar que habían acordado realizar otra reunión con el gobierno, a los ojos del oficialismo ya quedaba en evidencia que había una clara intencionalidad política en el conflicto.
EL 1 ° de abril Cristina encabezó un acto en la Plaza de Mayo a la que concurrieron gran cantidad de organizaciones kirchnerista, también se comenzó a visualizar algo que sería una constante en los actos en que hablaba la presidenta, sectores de clase media que concurrían sin ningún tipo de agrupamiento para expresar su apoyo a un gobierno que se animaba a enfrentar a los poderosos.
Cobró notoriedad durante el conflicto el dirigente de la Federación Agraria de Entre Ríos Alfredo de Angelis, los medios lo convirtieron en un héroe porque le daba un tinte gauchesco y le permitía ocultar a los terratenientes cuyos intereses defendía, esos medios le dejaban pasar las atrocidades que decía como que estaban “preparados para resistir con escopetas, carabinas de todo”.(8)
El 6 de mayo de 2008 el gobierno convocó a una reunión, como un gesto de distensión el día anterior reabrió las exportaciones de carne, Alberto Fernández llevó una propuesta que modificaba los efectos de la 125, una de las medidas garantizaba que las operaciones a futuro de la soja y girasol fueran con un precio fijo.
Luego de cuatro horas de reunión se llegó a un acuerdo, el Jefe de Gabinete llamó a la presidenta para informarle de la noticia, pero quedó sorprendido cuando Buzzi salió a declarar que la reunión fue muy positiva porque “el Jefe de Gabinete reconoció que están mal las retenciones, y por ello prometen y reconocen que hay que modificarlas” (9)
A continuación De Angelis salió a declarar que era necesario endurecer las medidas de fuerza, al día siguiente los dirigentes rurales dieron por terminada la negociación y convocaron a continuar con el lockout, la mesa de Enlace hizo un llamado para que la gente saliera a manifestar en contra del gobierno con la consigna “todos somos el campo”.
Los productores volvieron a bloquear las rutas y los puertos, se adjudicaron la facultad de revisar camiones y si tenían granos o ganado no le permitían circular, comenzaron a divulgarse cadenas de mails donde se calumniaba a los funcionarios y se convocaba a cacelorear.
La mesa de Enlace convocó a un acto en Rosario el 25 de mayo donde se confirmaron plenamente las sospechas del oficialismo, los ruralistas querían desestabilizar el gobierno, ante una multitud De Angelis descalificó a la presidenta: “La presidenta no sabe gobernar ¡Miente! ¡Presidente, no mienta más!”
Mientras que Buzzi que competía con De Angelis por la conducción de la FA subió la apuesta y dijo: “El gobierno de los Kirchner es un obstáculo” o “El problema es la Presidenta”. (10)
Luciano Miguens de la Sociedad Rural dijo: “El campo no pelea por unos puntos de retención, sino por una forma de vida”.
El gobierno festejó el 25 de mayo con un acto en Salta donde habló Cristina ante una multitud, que según los medios era menor a la concentración en Rosario que ya había terminado, la presidenta evitó responder los agravios lanzados por los patrones rurales.
Hubo desabastecimiento y los comercios comenzaron a poner límite a la cantidad de productos que se podían adquirir, también comenzó a escasear la nafta y el gasoil, en el mes de junio se vio una imagen penosa con la leche que se derramaba en las banquinas antes que fuera consumido por los chicos, se estimaba que los piquetes llegaron a ser más de cien distribuidos en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.
El 9 de junio el gobierno decidió destinar lo recaudado por la resolución 125 a la construcción de hospitales, viviendas rurales y caminos, al anunciarlo la presidenta dijo que “el problema de la pobreza sin redistribución del ingreso y sin tocar rentas extraordinarias, compatriotas, es imposible” y concluyó: “Yo tiendo la mano a todos los argentinos, pero en especial a aquellos que también tienen junto a mí una gran responsabilidad: la de generar riqueza para todos los argentinos”. (11)
A los empresarios agrarios le tenía sin cuidado a donde iban a parar los fondos, ellos no querían pagar más impuestos todo era codicia y el gobierno le hablaba de sensibilidad social, de inmediato rechazaron la propuesta del gobierno, lo mismo hizo el arco opositor.
El ministro de Justicia Aníbal Fernández le informó a De Angelis que llevaba meses cortando las rutas que si no las liberaba enviaría a la Gendarmería, un grupo desarmado de esa fuerza pero con escudos y bastones corrieron a los ruralistas a empujones, De Angelis fue arrastrado hasta una camioneta y quedó detenido por cinco horas, una vez liberado volvió al piquete siendo recibido como un héroe.
Un rato después en Capital y el Norte del Gran Buenos Aires comenzaron a sonar nuevamente las cacerolas, hubo varios que reclamaban la renuncia de la presidenta, el oficialismo armó una contramarcha y convocó a la Plaza de Mayo donde se acercó Kirchner.
Los medios de comunicación no ocultaban su simpatía con todo lo que significara debilitar al gobierno mientras ocultaban las manifestaciones favorables al gobierno e inflaban los cacerolazos y las muestras contra el kirchnerismo.
El 17 de junio la presidenta anunciaba que la resolución 125 sería enviada al Congreso para ser tratada ahí como reclamaba la oposición y el vicepresidente, al día siguiente Cristina participa de un acto de apoyo al gobierno en la Plaza de Mayo donde dice: “Yo les pido a aquellos que, tal vez equivocados por la propia dinámica sectorial, creo que estuvieron confundidos en nombre de la democracia, de la Constitución, que liberen las rutas y dejen que los argentinos volvamos a producir y trabajar”.(12)
En ese encuentro se plasmó una foto que quedó en la memoria de los militantes kirchneristas cuando una vez finalizado su discurso Cristina se dirigió a abrazarse con Néstor Kirchner.
Cuando el secretario de Agricultura, Javier De Urquiza concurrió a las comisiones del Congreso a informar los productores que estaban ahí lo insultaron, obligando a suspender la sesión, el funcionario se retiró sin realizar su informe.
El dirigente Edgardo Depetri tenía claro lo que ocurriría si el gobierno de Cristina era derrocado: “Si se cae el gobierno viene la derecha con lo que siempre hizo: ajuste y represión, y a garantizar los negocios de los grupos económicos, a bajar las paritarias, las retenciones a los sojeros y aplicar la flexibilidad laboral”.
El dirigente rural de la CRA Ricardo Buryaille, elegido diputado por Cambiemos al año siguiente, dijo el 28 de junio de 2008: “Si los legisladores ratifican las retenciones deberíamos disolver el Congreso”.(13)
Ese mismo día Alfredo de Angelis amenazó: “Nuestros legisladores votarán por sus pueblos y, si desconocen sus orígenes, los hombres de campo les enseñaremos a legislar” (14)
Las patronales del campo acordaron armar tropas de asalto para atemorizar a los diputados hubo un escrache en la casa del diputado Agustín Rossi, el diputado del FPV Gerónimo Vargas Aignasse fue agredido. También el presidente de la SRA Luciano Miguens fue empujado por un grupo de militantes kirchneristas así fue como la prensa descubrió que había escraches buenos y escraches malos.
El 4 de julio se realizó la sesión en la Cámara de Diputados al proyecto original con varias incorrecciones producto de la irresponsabilidad e incapacidad de Lousteau, había sido modificado con 18 nuevos artículos incorporados para considerar la situación de los pequeños y medianos productores, se efectuaban reintegros de retenciones y segmentaciones.
Fue muy beneficiosa la intervención del jefe de la bancada del kirchnerismo Agustín Rossi que negoció con la Federación Agraria las modificaciones indicadas, uno de los diputados más activos para el rechazo de la ley fue Felipe Solá convenciendo a otros diputados del bloque peronista de votar en contra, luego de 19 horas de sesión la ley se aprobó apretadamente por 129 a 122, algo que fue muy llamativo fue el saludo afectuoso entre Rossi y Buzzi el dirigente de la Federación Agraria al conocerse el resultado de la votación.
Se establecían compensaciones al transporte de la soja y girasol hasta 750 toneladas y se creaba un Fondo de Redistribución Social conformado por las retenciones de la soja que excedieran el 35 %.
La Mesa de Enlace se lanzó a presionar a los senadores dudosos, llegando a escrachar sus familiares, a la vez que organizó un acto en el Monumento a los Españoles.
En ese acto Mario Llambías presidente de la CRA hizo referencia a que se lo había convocado en ese lugar porque estaba enfrentado al Zoológico, en una referencia que recordó el término “aluvión zoológico” para descalificar al peronismo mostrando un pensamiento claramente discriminador y elitista, el lugar fue elegido porque era un barrio donde se concentraban los sectores acomodados de clase media y alta que apoyaban a los patrones del agro.
El gobierno por su parte organizó un acto el mismo día en la Plaza de los Dos Congresos, donde habló Kirchner diciendo que el gobierno iba a aceptar el resultado del Congreso, en el acto de los ruralistas, se esperó a que Kirchner terminara de hablar, De Angelis amenazó a los senadores al señalar que aquellos que votaran a favor de la resolución 125 “van a tener que volver a su pueblo” y los que voten a favor “no van a poder pasear tranquilos”.
El 16 de julio se realizó la sesión en el Senado, el gobierno se enteraba por los medios que había senadores peronistas que cambiaban de bando, el senador Rached del pueblo de Pinto en Santiago de Estero tenía la casa de su madre rodeada por manifestantes, la señora declaró que su hijo estaba muy angustiado y que se despidió llorando de ella, este senador terminó votando en contra.
La votación terminó empatada en 36, Cobos dejó de atender los llamados que le realizaban desde el gobierno, hasta que a la madrugada atendió el llamado de Alberto Fernández y le informó que iba a votar en contra porque se lo había pedido su hija.
El jefe de la bancada peronista Pichetto, rechazó el pedido de un cuarto intermedio que proponía Cobos, diciéndole “Lo que vas a hacer, hazlo pronto” mostrando conocer la historia de Judas, Cobos con un discurso confuso y balbuceante anunció “Mi voto no es positivo”.
En Palermo los empresarios agropecuarios mostraron su algarabía, había un escenario en Sarmiento y Figueroa Alcorta, los grandes empresarios iban a pagar menos, pero los más pequeños iban a pagar más, si se hubiera aprobado la ley, tiempo después el precio de los commoditties bajó y todos hubiesen pagado menos.
El viernes 18 se anunció en conferencia de prensa la derogación de la 125 volviendo a las alícuotas vigentes desde el 7 de noviembre de 2007 que establecía un 35% para la soja, el 32% para el girasol, el 25% para el maíz y el 28% para el trigo.
Cristina recibió en Olivos a los legisladores del oficialismo que se habían mantenido leales, casi al finalizar su exposición les dijo: “Es la primera vez que una legislación que afectaba la renta extraordinaria de un sector se presentaba en el Congreso y estuvo a punto de ser aprobada para avanzar en la redistribución de la riqueza… No debemos sentirnos derrotados, hemos defendido nuestras convicciones”.(15)
(1) El Movimiento de Mujeres Agrarias en Lucha: protesta agraria y género durante el último lustro en Argentina. Norma Giarraca. 2001
(2) Diez años. Una década de gobierno kirchnerista. Daniel Míguez. Planeta 2013. Pag. 169
(3) Idem Pag.199
(4) Idem Pag. 216 y 217
(5) Kirchner el tipo que supo. Mario Wainfeld. Siglo Veintiuno editores. 2016. Pags. 210 y 211
(6) Diez años. Una década de gobierno kirchnerista. Daniel Míguez. Planeta 2013. Pag.220
(7) Idem Pag.222
(8) Idem Pag.234
(9) Idem Pag.238
(10) Idem Pag.243
(11) Idem Pags. 253 y 254
(12) Idem Pag. 259
(13) Néstor el presidente militante. Gabriel Pandolfo. Aguilar 2011. Pag. 257
(14) Idem Pag. 258
(15) Diez años. Una década de gobierno kirchnerista. Daniel Míguez. Planeta 2013. Pag. 284