El Forjista
Carlos Andrés Pérez logró sortear dos intentos de golpe de estado, sin embargo en marzo de 1993 el Fiscal General de la República presentó una denuncia en su contra por malversación de fondos públicos, por el envío de 17 millones dólares a la presidenta de Nicaragua, Violeta Chamorro, suma que provenía de una cuenta secreta de la presidencia.
El 20 de mayo la Corte Suprema dictamina que había suficientes elementos para enjuiciarlo, por lo que el Congreso decide destituirlo a la espera de la sentencia que se conoció el 30 de mayo de 1996, se lo condenó a dos años y cuatro meses de arresto que cumplió en su domicilio.
En reemplazo de Pérez asumió el historiador Ramón Velázquez hasta diciembre de 1993 para concluir el mandato. En esas elecciones, las cuales fueron ganadas por Rafael Caldera con el 30 % de los votos, Chávez desde la cárcel llamó a la abstención.
Caldera se presentó en la campaña electoral como el candidato que venía a romper con el proyecto neoliberal, había sido en 1936 uno de los autores de la Ley de Trabajo que estableció la indemnización por despido y había señalado que no estaba dispuesto a firmar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
El presidente electo había roto con su partido COPEI, formando uno nuevo que se denominó Convergencia que concurrió a las elecciones en una alianza con sectores de izquierda como el Movimiento al Socialismo (MAS) liderado por Teodoro Petkoff, el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP) y el Partido Comunista.
A poco de asumir debió afrontar una profunda crisis bancaria producto de la desregulación efectuada por la administración anterior, el Estado se hizo cargo de 18 de los 41 bancos privados y permitió que las instituciones extranjeras se quedaran con los bancos en problemas, varios banqueros venezolanos fugaron a otros países llevándose los capitales de sus bancos y los fondos que el Estado había invertido, sin que el gobierno pidiera su extradición.
El arranque antiliberal de Caldera apenas duró un año, luego de ese tiempo estaba aplicando las medidas ortodoxas que los economistas liberales suelen alentar, en 1996 firmó un acuerdo con el FMI y en 1997 estaba desmantelando las indemnizaciones de los trabajadores que él mismo había ayudado a implementar varias décadas antes.
Pero el gobierno no fue el único que fue aceptando mansamente el “pensamiento único” que imponían los poderes mundiales, insistiendo que la salida a los problemas de los países era la implementación de políticas donde el “mercado” impusiera su voluntad, que no significaba otra cosa que dejar que los más poderosos pudieran actuar sin limitaciones.
Teodoro Petkoff del MAS aceptó el Ministerio de Planificación en el gobierno de Caldera, justificaba su capitulación diciendo que la democracia corría peligro, es importante señalar esta actitud porque este dirigente se convertirá en uno de los mayores críticos de Chávez a pesar de haberlo apoyado en un primer momento.
La dirigencia sindical dependiente de los partidos AD, COPEI y del nuevo partido de Caldera también fueron aceptando las recetas del ajuste, las privatizaciones y la pérdida de las conquistas laborales, durante el gobierno chavista estas centrales se convertirán en dóciles aliadas de las cámaras empresariales. Vale mencionar que a medida que esta burocracia sindical se va reconvirtiendo fue perdiendo afiliados y por consiguiente representatividad.
Aún con Chávez en prisión, el Movimiento Bolivariano comenzó a difundir su mensaje entre la población, su hermano Adán y otros miembros comenzaron a recorrer el país difundiendo las ideas de la agrupación, pudiendo comprobar la simpatía que despertaba el militar rebelde.
Al salir de prisión le prestaron una cabaña y luego un departamento donde vivir, sus pertenencias eran escasas, la casa de Maracay se la dejó a su esposa Nancy de quién ya se encontraba separado, también destinó la modesta pensión militar para el sustento de sus hijos, por lo cual dependía de la ayuda de los amigos para su subsistencia.
Al recuperar la libertad asumió una posición radical que planteaba el abstencionismo electoral mientras cuestionaba a gran parte de los partidos de izquierda. Ahí donde se producía una huelga de trabajadores, una movilización estudiantil o un conflicto barrial, él hacía llegar su solidaridad. Consideraba que la única solución posible era por la vía insurreccional con el apoyo de los sectores populares.
Comenzó a recorrer el país, sin recursos económicos y realizando un gran esfuerzo, convirtiéndose en un militante de tiempo completo, primero utilizaron una vieja camioneta hasta que les fue robada y después le regalaron una especie de casa rodante que fue bautizada como el “chavimóvil”, tenía un escritorio, dos literas y un baño, y fue utilizada hasta que una bomba la destruyó, antes de esta explosión, Chávez había sido el objetivo de varios atentados. La Dirección de Inteligencia Militar efectuaba un estricto control de los movimientos del ex militar.
Tres amigos ex militares: Juan Carlos Castillo, José Calatayud y Pedro Carreño lo acompañaron en sus recorridas, él dormía mientras sus compañeros manejaban, aunque a veces también se ponía al volante. Un tiempo después se sumó Luis Alfonso Dávila que sería su primer Canciller.
Además de transitar su país, comenzó a mostrar un claro interés por lo que sucedía en América Latina, visitó varios países para tomar contacto con los partidos progresistas del continente, visitó Argentina, Uruguay, Chile, Brasil y países de Centro América. Concluyó su gira en La Habana donde se entrevistó con Fidel Castro.
Sin embargo no tuvo demasiado eco en esa gira porque aún se lo consideraba un militar golpista, no fue recibido por el líder del Frente Amplio Uruguayo, Liber Seregni, ni por el escritor Eduardo Galeano por el que sentía una gran admiración, tampoco tuvo eco entre los sectores de izquierda del peronismo. En Buenos Aires dio dos conferencias, a una de ellas apenas concurrieron 25 personas.
En 1996 conoce a Marisabel Rodríguez con quién se casará en la navidad de 1997, de este matrimonio nacerá Rosinés su hija menor. Se divorciaron en el 2002.
Estando en prisión, Chávez había leído “La historia me absolverá” de Fidel Castro y una entrevista al líder cubano que le realizó Tomás Borge y que publicó en su libro “Un grano de maíz”.El 30 de junio de 1994 Chávez concurrió a una conferencia sobre Bolívar que dio el historiador cubano Eusebio Leal en Caracas, éste lo invitó a visitar La Habana y dar una conferencia sobre Bolívar. El 12 de septiembre recibe una invitación a visitar Cuba cursada por el embajador cubano en Venezuela que también era miembro del Comité Central del PC cubano, el 13 de diciembre el viaje se concretó siendo recibido por Fidel Castro al llegar a La Habana, a partir de ese momento el PC de Venezuela empezó a verlo de otra manera.
Durante la campaña electoral de 1998 Chávez declaró que Cuba era una dictadura pero que nadie tenía derecho a inmiscuirse en sus asuntos por el respeto a la autodeterminación de los pueblos.
En julio de 1996 había viajado a El Salvador donde se efectuó una reunión del Foro de San Pablo que agrupaba a sectores progresistas y de izquierda, siendo su figura aún resistida por su condición de militar que había participado de un intento de golpe militar. Recién en 1998 fue aceptado como miembro pleno en este Foro antiimperialista.
Siendo candidato a presidente, Estados Unidos le negó la visa para visitar el país argumentando sus antecedentes golpistas, después de ganar las elecciones lo llamó Peter Romero, subsecretario de Estado para Asuntos Latinoamericanos que le dijo que el presidente Clinton lo podía recibir, que los problemas con la visa habían desaparecido, pero que había preocupación por su relación con Cuba.
Su primer viaje a los Estados Unidos fue el 27 de enero de 1999, ya había sido elegido pero no había asumido y no tuvo el carácter de visita oficial, se reunió con el presidente Clinton, cinco meses después volvió a los Estados Unidos como presidente en funciones donde se vieron por segunda vez.
El 19 de abril de 1997 el MBR200 cambia de nombre por Movimiento Quinta República (MVR), porque la justicia electoral no permitía un partido que llevara la palabra bolivariano, pero lo que era más importante consistía en que la agrupación había decidido abandonar la vía insurreccional y pasar a competir en las elecciones, designando a Chávez como su candidato a presidente.
Esta decisión fue trascendental y lo volvió a acercar al pueblo de quién se había mantenido alejado por sus posiciones radicales, los sectores populares vieron inmediatamente que ahora tenían una alternativa diferente por la cual podían optar.
Una de la promesas que realizó en la campaña fue la de promover una reforma de la Constitución que produjera un profundo cambio de las instituciones para estar en consonancia con el programa del MVR que consistía en realizar grandes transformaciones sociales, económicas y políticas por medios pacíficos.
La gran capacidad de Chávez para persuadir le permitió aunar el accionar de una considerable cantidad de grupos en pos de un objetivo común que ponía en primer término la voluntad de ser un país soberano sin tutelas externas.
Para presentarse en las elecciones se creó el Polo Patriótico que estaba formado por el MVR, el MAS, Patria Para Todos (PPT), el PC y otras agrupaciones menores.
La primera elección que debió afrontar el MVR fueron las legislativas del 8 de noviembre de 1998 donde se ubicó en el segundo lugar, obteniendo 49 escaños sobre un total de 189 con el 21,3 % de los votos, quedando apenas a cuatro décimas del primero que era la Acción Democrática (AD) el mismo partido de Carlos Andrés Pérez al cual a esa altura ya habían expulsado.
El otro partido que había formado parte del Pacto del Punto Fijo COPEI obtuvo el cuarto puesto, mientras que el partido gobernante Convergencia de Caldera apenas sacó el 2,4% logrando sólo 3 escaños, muestra clara del descalabro al que había llevado al país.
El 6 de diciembre se realizaron las elecciones presidenciales las cuales fueron ganadas por Chávez con un espectacular 56,5 % superando al economista Henrique Salas Römer, que a último momento había recibido el apoyo de COPEI y AD obteniendo el 39% y a la ex Miss Universo Irene Saez Conde con el 3%.
Durante la campaña el Polo Patriótico repartió un millón de ejemplares de la Constitución que pensaba aprobar si llegaba al gobierno. Defendió la intervención estatal en la economía, principalmente en la industria petrolera y otras consideradas básicas, también planteó una renegociación de la deuda externa. A pesar que su postura era bastante moderada dejó en claro su posición antiliberal y opuesta a la política de privatizaciones implementadas por los gobiernos anteriores.