El Forjista

Biografía de Hugo Chávez

Y un día América Latina se puso de pie

Capítulo 23 - La lucha continúa

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La enfermedad de Chávez se comprobó el 8 de junio de 2011 en La Habana, producto de este mal padeció de fuertes dolores y de cuatro intervenciones quirúrgicas.

Durante su presidencia desplegó una actividad que no conocía el descanso, dormía muy poco, no tomaba vacaciones  y se empecinaba en realizar tareas que consideraba que no podían esperar hasta el día siguiente, con esa predisposición constante podía subirse a un jeep y recorrer los barrios afectados por una tormenta, cada problema que padeciera un compatriota lo asumía como propio y trababa de hallar una solución inmediata.

Su biógrafo Modesto Guerrero explicó: “Fue un militante a tiempo completo desde que se hizo conspirador y desde que ingresó a Miraflores. Es un fuego que se consume a sí mismo, como los héroes de la antigüedad…Chávez es un apasionado de lo que hace, incluso cuando se equivoca: se coloca al frente del desafío y concentra su máxima energía frente a los problemas, aunque no siempre los pueda resolver”.

Como pudimos apreciar los problemas que debió afrontar fueron constantes, desde tragedias producidas por el clima hasta intentos de golpes de estado y crisis petrolera, o problemas internacionales que hacían imprescindible su participación.

Somos muchos los que nos preguntamos lo mismo ¿cómo es posible que aquellos políticos latinoamericanos con una posición crítica hacia el imperio norteamericano hayan tenido enfermedades que han terminado con su vida o que la hayan puesto en riesgo?, hasta que no contemos con alguna prueba concreta no podemos pensar otra cosa que ello se debió al  compromiso que estos políticos asumieron y que los ha llevado a exigir sus cuerpos muchos más allá de lo que es humanamente conveniente.

Modesto Guerrero no elude esta cuestión: “Casi todos los que emergieron de grandes crisis nacionales y se vieron  sometidos a presiones constantes de enemigos internacionales sufrieron algún efecto patológico grave. Sólo Evo Morales rompió esta mala racha, según algunos de sus seguidores más fervorosos, debido a la fuerza mítica de la sangre aymará, al igual que Mujica, inmune al paso del tiempo a pesar de sus largos 80 años. Pero Chávez, Lula, Lugo, Cristina y Correa son suficientes muestras empíricas de este fenómeno de estrés pronunciado. Aunque es cierto que en el mismo lapso dos presidentes reaccionarios, como los colombianos Uribe y Santos, también manifestaron síntomas leves de cáncer, llama la atención la concurrencia de tanto estrés, acompañado en algunos casos con tumores cancerígenos, en presidentes tan similares que alguien los metió en la imprecisa etiqueta de progresistas. Los hechos ahuyentan cualquier explicación conspirativa de inoculaciones venenosas, pero imponen una causa común: la presión internacional de Estados Unidos y otros poderes fácticos, decididos a no dejar un día en paz a gobiernos que no se ajustan, como el resto, a sus decisiones imperiales”.

A mediados de enero de 2012 Chávez habló casi nueve horas sin parar ante la Asamblea Nacional ante la sorpresa de todo el mundo y la desilusión de unos pocos, cuatro días antes el reaccionario diario El País de  España había anunciado su muerte.

El 8 de octubre de 2012 luego de una campaña electoral agotadora de tres meses y de la tercera intervención quirúrgica reunió a su gabinete para poner en ejecución los planes del nuevo período de gobierno, mostrando un espíritu indomable que estaba dispuesto a dar hasta su último aliento en beneficio de sus compatriotas.

Pero ni siquiera su condición de trabajador incansable le fue reconocido por sus adversarios, algunos de los cuales  se  alegraron al enterarse que padecía de cáncer, actitud idéntica a la asumida por los antiperonistas cuando Eva Perón padeció de ese mal y en alguna pared de Buenos Aires apareció pintado ¡Viva el cáncer!. Este odio en personalidades enfermas debería ser estudiado con mayor atención por los científicos para que la cura no siempre consista en derrocar gobiernos populares, que parece ser que es lo único que los aplaca.

Durante el año 2012 los medios enfrentados al gobierno especulaban sobre la posibilidad que Chávez muriera antes de las elecciones o bien que estaría impedido de realizar campaña electoral y hasta llegaron a afirmar que usaría dobles para ocultar su ausencia.

Realizó la campaña electoral imponiéndose un esfuerzo extraordinario y sabiendo que tal vez sería su última batalla, su compromiso con la revolución le impuso un sacrificio que iba mucho más allá de sus fuerzas, escribió Modesto Guerreno: “Chávez, conociendo el riesgo clínico, enfrentó en silencio la campaña de octubre de 2012, creció moralmente a la medida de su compromiso y se puso al frente de la competencia electoral más grave y difícil de su vida, en la peor situación de su movimiento y con las fuerzas más menguadas de su existencia personal”.

El 4 de  octubre en Caracas se reunieron 600.000 chavistas a pesar de la lluvia, triplicando la cantidad de manifestantes que habían concurrido al acto de cierre de la candidatura de Capriles, el pueblo también tenía plena conciencia de lo que estaba en juego en esas cruciales elecciones.

El 5 de diciembre los médicos que lo atendían en La Habana le informaron de las dificultades de la próxima operación, que podía ser la última, entonces reunió a su gabinete para informarles que iba a entregar el poder a Maduro.
Tres días después apareció antes las cámaras del Canal del Estado desde su despacho en Miraflores, empuñaba la espada de Bolívar y estaba acompañado por el gabinete, besó un crucifijo y dijo: “Estoy aferrado a Cristo” y a continuación expresó: “Y sigo aferrado al milagro”. El día anterior había retornado a su país desde Cuba.

Luego siguió diciendo: “Debo decir algo aunque suene duro, pero yo quiero y debo decirlo. Si, como dice la Constitución, se presentara alguna circunstancia sobrevenida que a mí me inhabilite para seguir al frente de la Presidencia, Maduro debería concluir el período actual”. Y a continuación: “Mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que en ese escenario…ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente”.

Dos días después fue operado en La Habana en una intervención complicada que duró seis horas, los médicos informaron luego que su estado era reservado. Había sangrado abundantemente y aunque no lo expresaron públicamente los médicos pensaban que difícilmente podía superar la intervención.

Chávez murió el 5 de marzo de 2013 una impresionante multitud agradecida se reunió en todo el país para rendirle su emocionado homenaje, el funeral se realizó en su querida Academia Militar, casi todos los jefes de estado de América Latina estuvieron presentes en las exequias y decretaron varios días de duelo en sus respectivos países.

Nicolás Maduro quedó a cargo de la presidencia convocando a elecciones con lo determina la Constitución Bolivariana, realizadas el 14 de abril de 2013  que fueron ganadas por el candidato chavista por escaso margen, apenas poco más del 1 %, la oposición salió a denunciar fraude nuevamente a pesar que observadores imparciales negaron tal posibilidad y afirmaron que el sistema electoral de Venezuela es uno de los más seguros.

En diciembre de 2013 se realizaron elecciones municipales que fueron ganadas por los candidatos chavistas con un mayor margen que las realizadas en abril, esto provocó que algunos sectores opositores vieran en la salida violenta la única posibilidad de vencer al chavismo.

Nicolás Maduro fue designado vicepresidente en octubre de 2012, antes había ocupado la Cancillería, había sido sindicalista y formado parte del Partido Socialista, llevaba una larga militancia en el Movimiento Bolivariano.

Sin duda reemplazar a un líder popular como Chávez no es tarea para nada sencilla, más aún cuando se debe soportar campañas internacionales de los medios imperialistas para desprestigiar a Maduro de igual forma que antes lo hacían con su antecesor, mostrando que no es una cuestión de características personales sino de intereses concretos que esos medios defienden y que  están dispuestos a cualquier acción, incluso incitando a la violencia para imponer su voluntad de dominio.

Tampoco es sencillo tratar con una oposición que cada vez da muestra de mayor violencia en sus palabras y sus actos, al punto que han llegado a cuestionar a aquellos opositores que sólo están dispuestos a apelar a los medios que la Constitución le permite.

Pero aún en las dificultades, Maduro ha demostrado ser un digno sucesor de Hugo Chávez, ha mostrado un temple y un coraje que sólo tienen los líderes con firmes  convicciones, sin dudas Hugo Chávez no se equivocó al elegirlo y menos aún el pueblo venezolano que lo votó mayoritariamente.

La muerte de Chávez ha sido una pérdida importante para América Latina, fue él quien inició este camino de liberación por el que hoy transita nuestro continente luego de largas noches de intervencionismo imperial y capitalismo salvaje, pero nos queda su ejemplo de lucha contra los más poderosos que nos muestra que las batallas hay que librarlas y que siempre es posible ganarlas si se cuenta con un pueblo que acompañe.

Hugo Chávez debió luchar también contra la calumnia y la injuria de las corporaciones mediáticas que mintieron descaradamente de manera constante y cotidiana, pero de ese combate también salió victorioso, millones de latinoamericanos e incluso famosas figuras de los Estados Unidos, han llegado a admirarlo porque comprendieron la justicia de su lucha.

Si a raíz de este trabajo logramos que una persona, en algún lugar del mundo, influenciada por la calumnia imperial, cambie su opinión sobre la revolución bolivariana y la comience a respetar habremos conseguido nuestro objetivo.

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