El Forjista
Veinte días antes del golpe de estado se hizo cargo de la embajada de los Estados Unidos en Venezuela, Charles Schapiro, que había sido embajador en El Salvador en épocas de la guerra sucia que asoló ese país y que participó en varias reuniones con los conspiradores.
Desde 1951 los Estados Unidos mantenían una misión militar en Venezuela, el gobierno de Chávez le había advertido a Donna Hrinak, la embajadora que ocupó el cargo antes de Schapiro, que retirara la misión pero cuando se desarrolló el golpe todavía se mantenía en territorio venezolano. En la Comandancia donde se congregaron los oficiales golpistas se pudo verificar la presencia de al menos dos militares norteamericanos.
El 5 de marzo de 2002 FEDECAMARAS, la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV), la Conferencia Episcopal y el rectorado de la Universidad Católica Andrés Bello firman un pacto contra el gobierno.
La CTV llamó a una huelga general para el 9 y 10 de abril, luego decidió continuar con la medida por tiempo indefinido con apoyo de la cámara empresarial FEDECAMARAS.
En este marco la oposición convocó a una marcha contra el gobierno para el 11 de abril que en principio se iba a dirigir a la sede de PDVSA, pero en determinado momento se decidió cambiar el rumbo para trasladarse hacia Miraflores mostrando que la intencionalidad era desestabilizar al gobierno y provocando la posibilidad de enfrentamientos entre oficialistas y opositores.
En tanto el general Néstor González ex comandante de las escuelas del Ejército proclamó que no estaba dispuesto a reconocer al presidente como Comandante en Jefe, otros generales asumieron una postura similar.
Además de un sector de la Fuerzas Armadas formaban parte de la conspiración empresarios, medios de comunicación, partidos políticos, la Iglesia también jugó un papel importante en la figura del cardenal de Caracas, Ignacio Velazco.
Velazco participó de las reuniones conspirativas anteriores con políticos y empresarios a quienes les dio el aval para derrocar al presidente, incluso quiso reservarse la potestad de designar al futuro presidente.
La firma del cardenal apareció junto a las de otras personalidades avalando al gobierno surgido del golpe, después el religioso mintió diciendo que en realidad había firmado un papel en blanco y que desconocía el motivo del documento, pero se conoció un video donde se lo veía en el momento en que firmaba.
Ese día 11 de abril los chavistas que se movilizaron fueron unos pocos, se produjo un incidente en el Puente Llaguno cuando dos militantes oficialistas dispararon contra tanquetas de la policía metropolitana que a su vez disparaba contra los partidarios del gobierno que defendían el puente, estas imágenes fueron presentadas por Venevisión del grupo Cisneros para demostrar que eran los chavistas quienes atacaban la manifestación, semanas después quedó en evidencia la mentira y también se descubrió que la mayoría de las víctimas fueron militantes chavistas.
En la noche del 11 uno de los militares complotados, el coronel Julio Rodríguez Salas, reconoció que llevaban varios meses organizando el derrocamiento de Chávez: “Desde hace nueve meses comenzó a organizarse un movimiento en firme, un movimiento serio y que afortunadamente se ha materializado el día de hoy”.
A las 15:45 Chávez habló por cadena nacional denunciando que la intención de la marcha era derrocarlo, las cadenas privadas en un acto de franca provocación dividieron la pantalla mostrando al presidente en la mitad y del otro lado las imágenes del enfrentamiento entre los dos sectores, en vez de pasar el discurso presidencial como correspondía a una cadena nacional, mientras duró el mensaje el gobierno suspendió la transmisión de las emisoras privadas y restituyó la señal una vez finalizada la cadena, quienes continuaron mostrando los disturbios que le atribuían al gobierno.
Las clases acomodadas estaban empapadas de un odio que alentaban los medios de comunicación al demonizar cotidianamente a Chávez de la manera más burda e injuriosa. Modesto Guerreno explicó un poco más estos sentimientos: “Pero el odio no nació de los medios, ellos fueron sus reproductores masivos. Su raíz se encuentra en la insoportable convivencia de esas clases privilegiadas con un gobierno que les hablaba a diario de revolución y un pueblo, pobre y de piel moreno, que avanzaba en su poder social sobre el conjunto de la sociedad. Y por supuesto, un imperio al norte del hemisferio que se cansó de tolerar las intemperancias verbales y desplantes de independencia y soberanía del presidente Chávez desde septiembre de 2001”.
El 12 de abril Chávez es arrestado en Miraflores y trasladado al Fuerte Tiuma sede de la comandancia del Ejército, el general Efraín Vázquez Velazco y el comandante de la Fuerza Armada, Lucas Rincón, leyeron un comunicado donde informaron que la cúpula militar le solicitó la renuncia al presidente y que éste la había presentado, esto último no era cierto.
El presidente de FEDECAMARAS Pedro Carmona se había convertido en la principal figura de la oposición, anunció que contaba con el apoyo de los militares para constituir un gobierno de seis miembros conformando una junta cívico-militar presidida por él, a continuación procedió a jurar y asumir la presidencia de la República.
Convertido en dictador, Carmona procede a emitir una serie de decretos inconstitucionales: se le quitaba el nombre de “Bolivariana” a la República, disolvía la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo y la Fiscalía General, se proponía celebrar elecciones en un año, dotaba al presidente de la potestad de designar o destituir desde ministros a alcaldes y se anulaban decretos de Chávez.
El presidente constitucional por su parte fue trasladado el día 13 de abril del Fuerte Tiuma a la Base Naval Turiamo en el Estado de Aragua y finalmente a la isla La Orchila ubicada a 100 kilómetros del continente. Los golpistas manejaban dos opciones con respecto al futuro del presidente una era enviarlo a Puerto Rico en un avión del Departamento de Estado de los Estados Unidos, la otra posibilidad era enjuiciarlo en Venezuela y tenerlo preso por un largo período.
Los golpistas pretendían que el presidente constitucional firmara su renuncia y que destituyera al vicepresidente Diosdado Cabello, Chávez en ningún momento firmó la renuncia sin embargo nunca quiso ser un impedimento para una salida pacífica, lo que no estaba dispuesto a realizar era permitir el cambio de rumbo del gobierno.
Estaba dispuesto a renunciar siempre y cuando quién asumiera fuera el vicepresidente, que además se mantuviera el parlamento y la Constitución Bolivariana. Por cierto que esto era inaceptable para los golpistas que precisamente lo que querían era dar un golpe de timón de 180 grados para volver a las épocas donde imperaba el neoliberalismo.
El 12 de abril Thomas Dawson director de relaciones exteriores del FMI declara ante un grupo de periodistas su adhesión al gobierno surgido del golpe: “…estamos listos para asistir a la nueva administración de la manera que estimen conveniente”.
Estados Unidos y la España de José María Aznar no sólo no repudiaron el golpe sino que se apresuraron a reconocer la presidencia de Carmona, ambos embajadores concurrieron a reunirse con el empresario. Por el contrario América Latina en su conjunto expresó su adhesión al orden constitucional representando por el presidente Chávez.
José Vicente Rangel era en el momento del golpe, ministro de Defensa, su actitud era que el gobierno debía resistir hasta las últimas consecuencias, mientras que Chávez siempre se mantuvo con la idea de evitar un baño de sangre, el ministro reconoció después que el presidente tenía razón: “Mi reacción fue la de imponer el valor por encima del raciocinio, bastante influenciado por el síndrome de Allende.¡Mira cómo son las cosas! Yo, el político más veterano, estaba en ese predicamento, mientras que él, con menor experiencia, pero con más intuición, recomendaba lo que posteriormente se confirmó como lo más acertado”.
Chávez por su parte agradeció la posición de Rangel y su hijo que estaban dispuestos a inmolarse en la resistencia al golpe. Adán Chávez sostenía una posición similar a la de Rangel, el hermano del presidente planteó retirarse a las montañas y desde ahí organizar la resistencia contra el régimen oligárquico, antes puso a salvo a su familia y cuando estaba dispuesto a adoptar esas acciones la situación cambió drásticamente.
El 11 de abril Luis Reyes habló en dos oportunidades con Fidel Castro que estaba sumamente preocupado por el destino de Hugo Chávez, el líder cubano le recomendó: “Traten de hablar con la CNN, traten de declarar… Rompan el cerco de la información…”.
Ronald Blanco La Cruz era gobernador del Estado de Táchira y debió soportar que los golpistas asaltaran la residencia del gobernador, como era una de las personas cercanas al presidente se convirtió en un objetivo para los insurgentes. Blanco realizó una conferencia de prensa donde comunicó que desconocía a los golpistas a los que calificó de traidores a la patria y los desafiaba: “Queremos ver las renuncias de Chávez y de Diosdado Cabello; si estas no se presentan, en términos de la Constitución, estamos ante un golpe de Estado”.
Dos generales golpistas trataron de obligar a Blanco a presentar su renuncia, incluso abrieron las puertas de la residencia oficial para que ingresara un grupo de exaltados opositores para intimidarlo, fue detenido y uno de esos generales asumió de facto la gobernación. La turba provocó destrozos en la residencia y amenazaron al gobernador, videos posteriores mostraron a diputados de COPEI comandando a los revoltosos.
Tarek Saab era diputado del oficialismo y fue el único parlamentario detenido, en la puerta de su casa aparecieron carteles donde se le realizaba la falsa acusación de asesino, pues se atribuía a los chavistas las muertes del Puente Llugano.
La casa del diputado fue rodeada por gente con palos y piedras amenazando al diputado y su familia en la cual había niños pequeños, el alcalde del municipio que era de la oposición intercedió, pero casi lo linchan a él también. En ese momento llegó una patrulla militar que procedió a detenerlo.
También una porción de la turba opositora se concentró frente a la embajada de Cuba donde se produjeron hechos de violencia.
Mientras tanto en Globovisión festejaban la caída de Chávez y en una radio se anunció falsamente que el vicepresidente Diosdado Cabello y el alcalde de Caracas Freddy Bernal habían muerto.