El Forjista

Elogio de la impertinencia

Roberto Caballero

Extracto del artículo publicado en Contraeditorial el 24 de marzo de 2019

El título de la nota responde al ataque al juez que realizó el procurador general del Tesoro el radical Bernardo Saravia Frías quien declaró que “Ramos Padilla es un impertinente”.

Caballero nos dice que: “El acusador de Ramos Padilla, como suele ocurrir con casi todos los funcionarios macristas más que pedirle explicaciones al juez, en algún momento debería darlas. Antes de llegar a la Procuración, desde su estudio representó al mismísimo Grupo Macri y a bancos mundiales como el Bank of America, Banco Itaú, BNP Paribas, Banco Supervielle, Merryl Lynch, Hipotecario entre otros….”

Transcribe la respuesta del juez Alejo Ramos Padilla al ministro Garavano en la Comisión de Libertad de Expresión de la Cámara de Diputados que lo acusó de ser un “juez militante”.

“Se me colocó como un juez militante. Sobre la base de que, desde que soy juez, voy a la marcha del 24 de marzo, que es para sostener el Estado de Derecho. He ido con colegas, jueces, con los ex combatientes de Malvinas y ser un juez militante por esas ideas no tiene absolutamente nada de malo… Es correcto que los jueces vayan un 24 de marzo a defender el Estado de Derecho. Lo que no es correcto es que tengan alguna clase de relación con miembros de una embajada norteamericana o con la embajada de Israel, o la de Venezuela o la de Uruguay”.

El mismo día que Ramos Padilla brindó su declaración en la Cámara de Diputados la embajada de Estados Unidos a través de su embajador Edward Prado realizó una reunión que nucleó a la infaltable Patricia Bullrich, a procurador Eduardo Casal y a varios jueces y fiscales.

El artículo informa: “Apenas fue designado como embajador en nuestro país, Prado declaró a La Nación: ‘No vengo a decirles que van a hacer, pero en mis conversaciones con mis amistades judiciales hay cosas que podemos hacer trabajando juntos para mejorar el sistema judicial de la Argentina’. No hay mucho que agregar a eso. Sus simposios y congresos que parecen más a sesiones de reclutamiento que a prácticas bilaterales. Prado es la principal cara del Lawfare local, política que Washington ejecuta en toda América Latina con el único fin de asociar a los líderes populares a situaciones delictivas, como ocurre en Brasil con Lula o aquí con Cristina Kirchner y los presos políticos vinculados a su administración”.

Sobre la trayectoria de Ramos Padilla, Caballero dice: “Se dijo que era militante de ‘LA Cámpora’. Nada que ver: es radical de cuna. Fue consejero de la UBA de Derecho por la agrupación universitaria de la UCR, Franja Morada. En 2003, discutió a los gritos junto a su padre, Juan Ramos Padilla, con la entonces presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado, Cristina Kirchner, por la banca en la Cámara Alta que había ganado Alfredo Bravo, en litigio con Gustavo Béliz, que tenía el guiño de Néstor Kirchner para asumir. Los Ramos Padilla habían tomado la representación jurídica de Bravo luego que el abogado del Partido Socialista, Daniel Sabsay, desistiera de hacerlo. Bravo era un aliado, por entonces, de Elisa Carrió”.

Más adelante se señalan otros aspectos de la trayectoria de este juez: “Como abogado de Chicha Mariani, en 2008, consiguió que se le revocara la prisión domiciliaria al genocida Jorge Rafael Videla y marchara preso a una cárcel común. Meses antes, lo mismo había logrado con el represor Miguel Etchecolatz a quién le demostró que durante su detención hogareña tenía acceso a armas”.

Se agregan aspectos desconocidos de su actividad: “Pocos saben que la política de identificación de los restos d ellos combatientes de Malvinas, que hoy hacen los peritos del Equipo Argentino de Antropología Forense en las islas, es una idea que se le ocurrió impulsar a Ramos Padilla cuando era representante legal de los ex soldados del CECIM-La Plata. Y quizá también sean pocos los que se hayan enterado de que el enojo de Macri con él, antes de que saltara el escándalo de D’Alesio, es por un fallo de 2018 que, dándole la razón a los vapuleados usuarios víctimas de los cuadros tarifarios del macrismo, impidió los cortes del suministro de gas por falta de pago”.

Concluye el artículo: “Hay un juez que lucha contra la mafia. Si todo dependiera de su coraje, la pelea estaría ganada. No parece tener miedo. Pero la pelea fundamental no la tiene con un presidente que intenta proteger al titular de la AFI, Gustavo Arribas. Ni con un fiscal a cargo de las cacerías contra opositores. Ni con una embajada extranjera que hace y deshace en territorio nacional. El principal enemigo a derrotar es la indiferencia. Ese peso muerto de la Historia que puede arrastrar a la Argentina al más profundo de los abismos”

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