El Forjista

Amado Boudou otro preso político

 

La condena a Amado Boudou a cinco años y diez meses, su detención inmediata y la inhabilitación de por vida es una muestra más de la corrupción existente en un Poder Judicial al servicio del gobierno macrista y por lo tanto sometido a los deseos de los poderosos.

La causa empezó zarandeada por los dos diarios de la oligarquía que señalaban que Vanderbroele era el testaferro de Boudou, esto fue negado por ambos, y en ningún momento fue comprobado en el juicio por la sencilla razón que no se conocían, sin embargo, Clarín y La Nación aseguraban que había fotos que mostraban que tenían trato, pues esas fotos nunca aparecieron.

Luego dijeron que no importaba si se conocían o no, pero que Boudou había intervenido para quedarse con la empresa Ciccone, pues bien, esa empresa terminó siendo expropiada por el Estado, en un decisión que beneficiaba al mismo Estado y es eso lo que le molesta a los jueces corruptos.

Uno de los miembros del tribunal que condenó a ex vicepresidente, Pablo Bertuzzi, que fue recusado, está peleando un ascenso a una Cámara, en una decisión que depende del Poder Ejecutivo, por lo cual su fallo muy bien puede ser una oportunidad para hacer méritos ante el gobierno macrista.

Precisamente la intervención de Boudou impidió una maniobra del juez que intervenía en la causa de la quiebra de Ciccone, Javier Cosentino, que le había entregado la empresa a Bold, grupo económico con muchas relaciones políticas y judiciales, conformando un peligroso monopolio privado en todo lo relacionado con impresiones de seguridad como padrones, chequeras, etc.

La AFIP en ese momento cuestionó el accionar del juez por eso fue que la intervención del Estado Nacional dio por tierra con la maniobra y logró que la empresa Ciccone Calcográfica, sus máquinas y personal pasaran a estar en poder de la Casa de la Moneda.

Pero lo que sin duda más molestó a las corporaciones fue la intervención de Boudou en la nacionalización de las jubilaciones poniendo fin al espurio manejo de las AFJP que saqueaban a los jubilados con elevadas comisiones y que permitían manejos como el de Clarín que vendía sus acciones a un precio mucho más elevado, maniobra que perjudicaba a los jubilados y beneficiaba al grupo de Noble y Magnetto.

Por eso las corporaciones nunca le perdonaran a Boudou que concluyera con sus negociados y es por eso que ahora a través del macrismo y su corrupto poder judicial han dispuesto la condena de Amado Boudou, un ejemplar militante de la causa nacional y popular.

La decisión de disponer su inmediata detención cuando el mismo tribunal actuó siempre de otra manera, es decir no disponer la detención hasta que la sentencia quede firme, tiene la finalidad de impedir que Boudou hable y además para sumarse al show de Bonadío y brindarle más tapas a Clarín, el grupo que más se movió para lograr su detención.

Boudou lo dijo con toda claridad en su alegato: “Acá también hay una cuestión de revancha de clase, de aleccionar, de que nadie se tiene que animar a cambiar las cosas. Los políticos que deciden cambiar la realidad son perseguidos. Primero desde el punto de vista mediático, luego desde el sistema de justicia”.

El periodista Raúl Kollman ubica el caso en su justo lugar cuando dice: "No deben leerse estos casos como hechos aislados. Deben leerse en el marco de la ofensiva judicial- política-mediática que se vive a nivel continental. Es el establishment usando a la justicia para que no vuelva lo que ellos llaman “el populismo”. El emblema es Lula, preso en Brasil. El objetivo es claro: hay que impedir que vuelva a la presidencia. Los métodos no importan."

Pero esta detención de Boudou también puede calificarse como una represalia del poder económico a quién arruinó alguno de sus negociados, cuando la Argentina vuelva a tener un gobierno popular también habría que apelar a la represalia contra el neoliberalismo para que nunca más el país sea saqueado por esta mafia que nos gobierna.

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